El INEGI publica cada dos años la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que recopila información brindada por la misma población, cabe señalar que no se trata de una fuente oficial, por eso mismo es tan relevante, ya que permite conocer la perspectiva de los habitantes con respecto a los servicios que reciben de agua, alcantarillado y saneamiento, esto sin duda refleja un indicador fundamental: la calidad del servicio.
En su más reciente edición (2020), destacan los siguientes resultados analizados por la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México A.C.:
Tan solo el 59% de la población (76 millones de mexicanos, tomando en cuenta que en 2020 la población era de 128.9 millones) que recibe agua diariamente cuenta con conexión de drenaje a la red pública o fosa séptica y, además, cuentan con excusado de uso exclusivo en la vivienda.
Como es de esperarse, hay entidades que sobresalen, como Nuevo León, donde más del 94% de su población se encuentran en dicha situación, pero en contraste tenemos a Guerrero y Baja California, con el 20%, y el Estado de México reporta que solo el 48% de sus habitantes que reciben agua todos los días tiene servicio de drenaje y un excusado particular en casa.
Si nos referimos al rubro de agua potable, solo el 75.2% de la población (96.9 millones) cuentan con agua entubada dentro de sus viviendas. Aunque la cifra puede parecer alta, quiere decir que aún hay 32 millones de mexicanos que no cuentan con este servicio en sus hogares.
Y si comparamos esta situación entre la población urbana y la rural, la diferencia es aún más contrastante, ya que el 85.2% de los habitantes de zonas urbanas poseen agua entubada en sus casas, contra el 41.9% de las comunidades rurales.
En cuanto a alcantarillado, la población con drenaje conectado a la red pública es de 77%. Yucatán y Campeche representan un reto con coberturas por debajo del 10%, mientras que las entidades por encima del 90% son Nuevo León, Aguascalientes, Colima, Jalisco, Tlaxcala y CDMX. En el Estado de México los habitantes que cuentan con éste servicio son el 86%.
Si a dicha población le añadimos aquellos que cuentan con fosa séptica (biodigestores), que es considerado saneamiento mejorado, éste porcentaje de cobertura sube a 95%. Yucatan y Campeche suben considerablemente su porcentaje a 94%, en ambos casos, mientras que el último lugar pasa a ocuparlo Guerrero, en tanto que existen 19 entidades con más del 90%, entre ellas el Estado de México.
Nuevamente, la desigualdad entre la población urbana y rural es importante. La población rural que cuenta con conexión a la red pública es de solo 33% a nivel nacional. En Yucatán y Campeche su porcentaje es cero; si se toma en cuenta las viviendas con fosas sépticas en la zona rural, el porcentaje nacional sube a 76%, es decir, 19% menos que en la zona urbana.
La ENIGH también pregunta por el equipamiento relacionado al agua. El 59.1% de las viviendas cuentan con tinaco en la azotea y el 24% con cisternas de almacenamiento y 37.3 millones de personas poseen una bomba de agua, a la cual se le debe agregar el costo energético de su uso.
En esta encuesta se adquieren otros datos del consumo de los mexicanos, como que gastan 131 mil millones de pesos anuales en bebidas embotelladas; invierten 56 mil millones de pesos en el pago del servicio de agua y saneamiento, cabe destacar que mientras en Baja California se paga una factura mensual promedio de 273 pesos, en Tabasco solo se pagan 18 pesos.
En su mayoría, estas cifras coinciden con los datos de las autoridades del agua en México. Son notorias las grandes diferencias regionales, estatales y municipales, así como los contrastes entre la población rural y la urbana.
Son muchos los retos a vencer, un primer paso es contar con esta información que genera el INEGI, y un segundo paso inmediato e impostergable es fortalecer a los prestadores de servicios de agua y saneamiento del país.
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