Ejidatarios mantienen un plantón en las inmediaciones del AIFA para exigir la conclusión de las 32 obras de mejoramiento urbano que comprometió el gobierno federal para el pueblo de Xaltocan, en Nextlalpan.
En protesta, los campesinos también colocaron varillas sobre las vías del tren, con lo que impiden el paso de los ferrocarriles que transportan diversos productos hacia la Ciudad de México.
Lucila Rodríguez Paredes y José Roberto Sánchez Alvarado, expusieron la molestia de los comuneros, ya que las obras comprometidas por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), debieron terminar en agosto del 2021.
A más de un mes de que se puso en operación el aeropuerto, a la fecha algunos proyectos siguen en obra negra, con poco avance y otros carecen de presupuesto.
“Estamos peor, todo lo que hicieron está en ruinas, nuestras escuelas, centro, centro de salud, no hay terminado nada, ni drenaje, ni nada”, señaló la señora Lucila.
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Sumado al incumplimiento de obras
Los trabajadores de la Sedatu están invadiendo su propiedad para introducir un drenaje que aparentemente desalojará las aguas residuales y pluviales del aeropuerto.
“Los ejidatarios si les vendieron unas hectáreas en 300 pesos el metro y aparte se les regaló 128 hectáreas, a cambio de obras para el pueblo, pero no han hecho nada y ahora quieren más”, señalaron.
Esto derivó un conato la madrugada de ayer viernes, en el que militares lanzaron piedras a los ejidatarios y al menos dos resultaron con golpes.
“El paro no se va a levantar hasta que estén concluidas las obras y hasta que no haga presencia el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador”, apuntaron.
Los ejidatarios precisaron que el plantón se instaló desde el 9 de abril, a unos metros de las vías del tren y del muro de contención del centro aeroportuario.
Ahí también se ubica el terreno que donaron para la construcción de las escuelas de la comunidad y que continúan construcción.
Lamentaron que a la fecha sus demandas no han sido escuchadas, por lo que se turnan para vigilar que los constructores no sigan invadiendo la propiedad y ahora para evitar el paso del tren.
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