Arturo Arango Durán, especialista en temas de seguridad y director de Crimipol, expuso que derivado de diversos estudios que ha realizado en el Estado de México y otros estados de la República, el 80 por ciento de los policías están expuestos a cometer actos de corrupción.
Consideró que los uniformados han sido poco valorados por la autoridad, al no brindarles un trato más humano, mantenerlos con bajos salarios y horarios de trabajo que les impide tener vida social y familiar más digna.
“Resulta que el policía cayó en ser uno de los elementos más odiados de la sociedad, pero no es por culpa del policía, es por culpa de la autoridad que no le dio educación, que no le dio el uniforme, que lo manda a robar”, señaló.
La Jornada Estado de México consultó al especialista en visualización de información de seguridad pública y cartografía delictiva, sobre el maltrato que con más frecuencia reciben los policías en las calles.
Arango Durán estimó que dicha problemática comenzó a presentarse a mediados de la dácada de los 80´s y se ha recrudecido después de momentos impactantes en la vida del política del país.
Tales como el asesinato de Luis Donaldo Colosio o el triunfo de Vicente Fox en la presidencia de México.
Recordó que antes de ese periodo, lo común era que en el Día del Policía, a los uniformados, la sociedad los respetada, felicitaba y ofrecía regalos en reconocimiento a su labor, pero esos tiempos quedaron atrás.
“Lamentablemente el policía siempre ha sido un cero a la izquierda, está para obedecer las órdenes que le dan y por eso en muchas instituciones no han querido pasar al modelo de policía de proximidad y justicia cívica que estaba proponiendo al principio Andrés Manuel López Obrador”, dijo.
Un policía debería estar ganando al menos siete u ocho salarios mínimos
“No debería estar pagando las camionetas que le dan, las las llantas que usa, la gasolina que le pone a la camioneta, el uniforme que trae, las botas que se pone, el arma que le dan; por todo eso el policía paga”, acusó.
Explicó que a lo largo de su carrera ha hecho diagnósticos en policías de todos los niveles, en los que ha documentado el trato indigno que muchas de las veces reciben.
Los cuales se pueden reflejar en cosas tan simples como las condiciones de los sanitarios, por ejemplo.
TE RECOMENDAMOS: Emplazan a que FGJEM y TRIJAEM ejerzan autonomía
“Ellos tienen que pasar absolutamente de todo, para muchos la corrupción es la única opción que tienen para hacerse de algo de dinero; seguir manteniendo su familia es robando por obligación, porque yo conozco muchos policías muy decentes y no les dejan otra porque orden del mando”, agregó.
El director de Crimipol se refirió también al caso de las mujeres policías
Quienes se enfrentan a peores tratos en su deseo de avanzar en la carrera policial.
“La verdad es que mucha gente ve al policía como si fuera un bandido. Tendríamos que estarlo viendo como si fuera un héroe, porque muchas veces la gente no entendemos de toda la problemática a la que se enfrenta un policía en la calle.
Bastaría preguntarle a una jefa de familia ¿oye y tu marido cuántos días está aquí? Pero éste nada más llega a dormir”, apuntó.
Reiteró en que la autoridad no podría exigir una policía buena cuando ellos mismos son los que están impulsando la corrupción, que el policía sea maltratado, humillado y muchas veces castigado.
Incluso se refirió a la falta capacitación para que enfrenten a los delincuentes, a quienes a veces prefieren dejar ir y no meterse en líos, por carecer de protocolos de acción y el adiestramiento para ello.
Arturo Arango también reconoció que el Ejército, las Fuerzas Armadas, están ganando terreno en el tema de la asignación de recursos y de funciones entre la sociedad civil.
FOR