Cristian Ampudia

Otra vez el guinda

Una vez pasadas las elecciones de este 5 de junio, y aún sin conocer los resultados oficiales al momento de escribir estas líneas, todo parece indicar que Morena sigue ganando terreno en el país al conseguir cuatro de seis gubernaturas en disputa.

En lo que fueron los comicios en Quintana Roo, Oaxaca e Hidalgo, Morena no obtuvo ninguna resistencia para llevarse esos Estados y dónde parece que la elección llegará hasta los tribunales, será en el caso de Tamaulipas, pero todo indica que también estará en manos de la denominada “ola guinda”.

De esta manera el partido fundado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador pasará de 17 a 21 gubernaturas, basta recordar que Morena es un partido político que nació en 2015 y en solo siete años se convirtió en la fuerza dominante en el país.

Las razones por las que no anterior ha pasado ya se ha discutido demasiado y hoy ya no vamos a detenernos en ello, en lo que vale la pena detenernos un poco es en analizar si esta situación que se está presentando en la que cada vez es más común que Morena no tenga un rival, puede resultar siendo benéfico para México.

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Y es que finalmente, que Morena gobierne de una forma cada vez más aplastante puede llevar al país a que el partido guinda se convierta justamente en los que su momento fue el PRI, un partido hegemónico y dictatorial que hizo y deshizo en el país durante décadas.

Es menester decir que el PRI hoy está en franca agonía pues ha perdido prácticamente todo lo que tenía y lo que es peor:

En este momento no puede ir a unas elecciones solo, debe hacerlo en alianza para tratar de ser competitivos frente a Morena.

Y quizá ese es uno de los problemas principales que enfrenta actualmente nuestra democracia, más allá de las malas prácticas y abusos que se dieron desde el poder en la contienda de este fin de semana, que la Oposición en México parece no tener figuras fuertes que la soporten, parecen no ser competentes de configurar proyectos o candidaturas que sean capaces de competir.

Así, en breve comenzará el proceso electoral a celebrarse en 2023, en el que estarán en disputas dos de los últimos bastiones que aún conserva el tricolor:

Estado de México y Coahuila y no sobre decir la importancia que tendrá para cualquiera de los partidos que aspire a ganar el tener bajo la manga un Estado con 16 millones de habitantes.

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El Edomex bien podría significar para la Oposición el último clavo en su ataúd o la tabla de salvamento para no sucumbir ante los poderosos tentáculos de Morena.

Sin embargo, incluso los mismos escándalos en los que se ha visto envuelto Alejandro Moreno, líder nacional tricolor, no dejan de ser un punto que juega en contra de las aspiraciones de los partidos de la alianza “Va por México”.

Aún falta camino por recorrer, pero sin duda las elecciones del 2023 serán un termómetro muy claro de lo que pueda suceder en los comicios sucesorios de López Obrador, quien gracias a la reforma político-electoral de 2014 se modificaron las fechas de entrega-recepción de los poderes, y su sexenio será el más corto de la historia, pues dejará el cargo el 1 de octubre de ese año y no el 1 de diciembre.

En tanto eso sucede, pronto comenzaremos a ver cómo se mueven las piezas de la política local en el Edomex y qué tanta pelea puede dar la alianza PRI, PAN, PRD contra Morena, el hoy partido más fuerte de México.

Esta columna se tomará un respiro la próxima semana, pero estaremos gustosos de volver a escribirla en 15 días. Hasta entonces.

Twitter: @campudia