Una investigación saca a la luz más de 124 mil documentos de entre 2013 y 2017, que dejan al descubierto las prácticas éticamente cuestionables de la compañía Uber.
La cual incumplió leyes, engañó e hizo lobby (grupo de presión) para entrar en decenas de países.
La filtración sin precedentes al diario británico The Guardian de más de 124 mil documentos, conocidos como “los archivos de Uber”, dejó al descubierto las prácticas éticamente cuestionables que impulsaron la transformación de la empresa en una de las exportaciones más famosas de Silicon Valley.
Los documentos filtrados desvelan los métodos que usó Uber para sentar las bases de su imperio.
Una de las plataformas de trabajo más grandes del mundo, Uber es ahora una empresa de 43 mil millones de dólares, que realiza aproximadamente 19 millones de viajes por día.
Los archivos cubren las operaciones de Uber en 40 países durante un período en el que la empresa se convirtió en un gigante mundial.
Arrasando con los servicios de taxis en muchas de las ciudades en las que todavía opera en la actualidad
La filtración abarca un período de cinco años cuando Uber estaba a cargo de su cofundador, Travis Kalanick.
Quien trató de forzar el servicio de taxis en ciudades de todo el mundo, incluso si eso significaba violar las leyes de transporte.
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Durante la feroz reacción global, los datos muestran cómo Uber trató de reforzar el apoyo cortejando discretamente a:
- Primeros ministros
- Presidentes
- Multimillonarios
- Oligarcas
- Magnates de los medios
Los mensajes filtrados sugieren que los ejecutivos de Uber al mismo tiempo no se hacían ilusiones sobre la violación de la ley por parte de la compañía.
Con un ejecutivo bromeando sobre que se habían convertido en “piratas” y otro admitiendo:
“Simplemente somos jodidamente ilegales”.
Por ejemplo, la filtración también contiene textos entre Kalanick y Emmanuel Macron, quien ayudó en secreto a la empresa en Francia cuando era ministro de Economía.
Permitiendo que Uber tuviera acceso frecuente y directo a él y su personal
Macron, el presidente francés, parece haber hecho todo lo posible para ayudar a Uber, e incluso le dijo a la compañía que había negociado un “acuerdo” secreto con sus oponentes en el gabinete francés.
Por otro lado, cuando el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, partidario de Uber en ese momento, llegó tarde a una reunión con la compañía en el Foro Económico Mundial en Davos, Kalanick le envió un mensaje de texto a un colega: “Mi gente le hizo saber que cada minuto que se atrase, es un minuto menos que tendrá conmigo”.
Después de reunirse con Kalanick, Biden parece haber modificado su discurso preparado en Davos para referirse a un director ejecutivo cuya empresa daría a millones de trabajadores:
“Libertad para trabajar tantas horas como deseen, gestionar sus propias vidas como deseen”.
Estos correos son parte de Uber Files, más de 124 mil documentos filtrados al diario The Guardian y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).