Un ex policía mató el jueves a 37 personas en Tailandia, entre ellas a una veintena de niños en una guardería, y luego asesinó a su familia y se suicidó, en una de las peores matanzas jamás perpetradas en este país asiático.
El nuevo balance de la policía dio cuenta de 37 muertos, 23 de ellos niños, y 12 heridos, además del atacante.
El autor del ataque, un ex policía de 34 años, armado con un fusil, una pistola y un cuchillo, irrumpió en una guardería en Na Klang hacia las 12 horas 30 (06 horas 30 GMT), informó el coronel Jakkapat Vijitraithay, de la policía provincial de Nong Bua Lamphu.
En el establecimiento infantil murieron 22 niños, de entre dos y tres años, dijo el policía.
Tras el ataque, el atacante huyó de la guardería en coche y atropelló a varios peatones.
Después mató a su mujer y a su hijo (el 23º menor fallecido), y luego se suicidó, dijo Vijitraithay.
“El atacante aparcó delante de la guardería, disparó y mató a cuatro trabajadores que almorzaban delante”, explicó a AFP Nanthicha Punchum, directora del centro.
“Derribó la puerta de entrada con el pie, entró y empezó a cortar las cabezas de los niños con un cuchillo”, prosiguió.
En unas imágenes en video del lugar podía verse a varias familias desconsoladas en un refugio cerca de la guardería, en el jardín.
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Matanza “horrible” en Tailandia
El primer ministro tailandés, Prayut Chan-O-Cha, expresó sus condolencias a las familias y ordenó una investigación urgente en esta “horrible” tragedia.
El dirigente pidió al jefe de la policía “desplazarse al lugar de los hechos y acelerar las investigaciones”.
“Intentó atropellar a otras personas en el camino. Chocó contra una moto y dos personas resultaron heridas. Yo me apresuré a alejarme”, dijo a AFP una testigo, Paweena Purichan, de 31 años, que circulaba en moto hacia su tienda.
“Había sangre por todas partes”, añadió.
El atacante, identificado como Panya Khamrab y que vivía cerca de la guardería, fue despedido de su puesto de sargento en junio por un problema de drogas, declaró en rueda de prensa Damrongsak Kittiprapat, jefe de la policía nacional.
“Tenía que presentarse a su proceso mañana (viernes) sobre su problema de drogas”, declaró.
“El atacante estaba en un estado de locura”, pero una prueba sanguínea tiene que determinar si era debido al consumo de drogas, prosiguió. El arma que utilizó había sido adquirida legalmente para uso personal, añadió.