Así arranca la campaña

El proceso electoral no oficial del Estado de México continúa y en Morena tienen muy clara la estrategia: hacer todo lo que se hizo en la presidencial de 2018, ese es y ha sido el modelo a seguir para los procesos electorales en donde Morena participa.

Evidentemente no siempre da resultados, pero también es cierto que no siempre se logra replicar el esquema de forma eficiente. Lo vimos en las elecciones del año pasado en donde los aspirantes a alcaldes buscaron, a su modo, copiar la estrategia.

Pero es necesario que la estrategia se haga con más cuidado, en los últimos días hemos visto, por ejemplo, a Delfina Gómez y Horacio Duarte comiendo en lugares populares e incluso parados a la orilla de la carretera tal cual si fueran turistas en La Marquesa.

La imagen fue extremadamente poco creíble, primero porque cualquiera que haya pasado por la zona sabe que hay cualquier cantidad de cabañas y lugares en los que se puede comer lo mismo una trucha que una quesadilla a precios muy accesibles.

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Pero lo más incongruente es que en esa imagen del “taco de cajuela” se ve comida como para una familia y no es por la cantidad sino: ¿en serio la coordinadora de la defensa de la 4T en el Estado de México viaja a todos lados con comida en el carro “por si se ofrece”? Inverosímil.

Es más que evidente que el objetivo es que la gente de escasos recursos se identifique con Delfina, que se vean reflejados en ella y que de esta manera sientan que es una de los suyos la que llegará al poder en la elección de 2023.

La estrategia no es mala, al contrario, como se dijo anteriormente, ya ha funcionado en ocasiones previas y es muy acorde al tipo de personaje que tiene Delfina en la construcción de la narrativa de la 4T, pero deben cuidar las formas para no ocasionar el efecto contrario.

El riesgo que corre todo candidato al no construir una narrativa congruente con su personalidad o que al querer hacerlo exagere las situaciones es que la gente dude de ellos y, en consecuencia, no se genere el vínculo que se busca ocasionando un efecto en contrario.

Lo que es visible es que Morena ya tiene definida su estrategia y la van a explotar al máximo a lo largo del proceso electoral, el oficial y el no oficial, su discurso sobre los abusos el poderoso sobre el oprimido y los recursos propagandistas se han echado a andar.

Otro ejemplo de que la estrategia viene por ahí son los anuncios espectaculares que ya pueden verse en varias de las principales calles de la entidad. Firmados por Morena, llaman a que termine el tiempo del PRI en la entidad.

Empiezan a posicionar la idea de que ha sido demasiado tiempo el del PRI en el poder mexiquense y que, por lo tanto, es tiempo de sacarlos para dar paso a otro grupo político, un mensaje muy reiterado también en los comentarios de las redes sociales.

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Morena está jugando bajo el manual que le ha dado tantos triunfos, pero en otras ocasiones hemos visto que en las elecciones del Estado de México eso puede no dar los resultados esperados porque los modelos ya han sido muy vistos.

Recordemos que en 2017 llevaron la misma fórmula: Delfina como candidata y Horacio como coordinador de la campaña, construyeron una narrativa muy similar y lanzaron básicamente los mismos mensajes; pero las circunstancias ya no son iguales.

La ventaja que tiene Morena es que el PRI parece no tener noción de lo que va a hacer para 2023. El aparente rompimiento con Ana Lilia Herrera les permite a los priistas visualizar la posibilidad de la precampaña, algo no válido con un candidato único.

Estos días, literalmente de muertos, les permitirán a ambos bandos pensar claramente sus objetivos y definir sus estrategias y ser cuidadosos de los detalles al ejecutarlas porque a partir de ahora cada paso que den podría ser definitivo en el resultado de la elección.

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