Llegaron los informes y, con ello, una verdadera oportunidad para comprobar el primer año de gestión de los presidentes municipales que en 2021 estuvieron prometiendo las perlas de La Virgen para poder alcanzar el cargo que hoy ostentan.
Ha habido de todo. En la cercanías de un proceso electoral estatal que pinta a ser la madre de todas las batallas “en defensa de algo”, el trabajo que están realizando los alcaldes puede ser el fiel de la balanza al momento de la toma de decisiones para los ciudadanos.
No es desconocido para nadie que el ente de gobierno más cercano para los ciudadanos son las administraciones municipales, en ellas los habitantes de cada comunidad viven de primera mano las mieles de un buen gobierno o el infierno de la corrupción y los abusos de poder.
Hasta dónde puede influir en la decisión del electorado el trabajo que está realizando su alcalde y la relación que tenga este con su partido, es difícil determinarlo; pero lo cierto es que en cada comunidad la percepción de gobierno se convierte en decisión de voto.
Tristemente para muchos alcaldes, su informe ha pasado de noche. A pesar de ser comunidades relativamente pequeñas, sus gobernados no tienen ni idea de lo que han logrado. Mucho o poco, se convirtió en nada.
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Para la mala fortuna de los ediles, la ley acota el tiempo que tienen para promocionar sus informes utilizando su imagen personal pero, peor aún, una vez que comience formalmente el proceso electoral, tampoco podrán hacer difusión de manera institucional.
Pensando precisamente en ese proceso electoral por venir, es que algunos alcaldes se están jugando su continuidad. Para algunos dirigentes políticos, la posibilidad de aportar o sumar en la elección a gobernador podría ser determinante a la hora de decidir reelecciones o algo más.
Por más que algunas encuestas digan que uno u otro partido o aspirante lleva ventaja sobre los demás, lo que hemos visto es que una vez iniciado el proceso formal, es como entrar en la liguilla y cualquiera puede ganarle a cualquiera.
Lo que estiman todos por igual, es que la diferencia no es tan grande al reducirse el número de opciones en la boleta, al tratarse de una carrera pareja, cualquier mínima diferencia puede hacer que la balanza se incline hacia un lado o hacia otro.
Con la presión de los partidos para definir lo más pronto posible las alianzas, se genera también una presión extra a los gobernantes locales en turno, quienes tendrán la verdadera evaluación a su gestión en la participación y conteo de los votos en seis meses.
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Como se ha mencionado antes, unidad es la palabra clave de este proceso y esta incluye a los gobernantes municipales quienes no solo cuentan con estructuras propias por región o zona, sino con recursos para operar algunas acciones locales.
Ignorar o menospreciar la participación de los gobernantes municipales de los respectivos partidos puede resultar en un terrible error de estrategia que cueste votos en la definición del siguiente titular del Poder Ejecutivo estatal.
j.israel.martinez@gmail.com