La madre de todas las batallas dio inicio en el Estado de México. La entidad habrá de renovar al gobernador del estado en una elección programada para el 4 de junio próximo. Ese mismo día habrá elecciones en el estado de Coahuila, pero la mexiquense será sin duda la que acapare los reflectores y la atención de la clase política nacional y de los medios a nivel internacional. Los comicios mexiquenses para renovar la gubernatura históricamente han sido considerados como un laboratorio político que dará luz respecto a lo que podría ocurrir a nivel nacional, un año después en la elección presidencial.
Más allá de si se cumple o si se ha cumplido o no ese adagio, los comicios de este año sí tienen una carga en particular que la distinguen y podrían ganarle el título de histórica por varios motivos. En primer lugar, porque se trata del último reducto gubernamental, junto con Coahuila, donde el PRI no ha perdido desde su fundación. Cerca de un siglo. Es decir, los ciudadanos de esas entidades no han conocido otra forma de gobernar que no sea la que emane del tricolor.
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Sobra decir que el Estado de México es la entidad más poblada del país por arriba incluso de la Ciudad de México si nos atenemos a los datos del último censo de población. De ahí que ese capital político, para el partido que gane la elección es un botín, en el mejor de los sentidos.
Una segunda razón es la carta que se juega la denominada Alianza por México, conformada por PRI, PAN y PRD. Si esa tríada partidista busca un motivo que le dé esperanzas de poder competir por la presidencia de la República el próximo año, antes debe demostrar en el Edomex en realidad de que está hecha. Si la alianza y su casi segura candidata, Alejandra del Moral, logran retener la gubernatura, habrá valido la pena para las dirigencias de los tres partidos las horas negras que vivieron cuando se dividieron por los coqueteos del PRI con algunas propuestas gubernamentales. Podrán considerar que tienen los argumentos para dar la batalla en 2024 bajo la misma fórmula.
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De lo contrario, y ese sería un motivo más de la relevancia de esta elección, de perder y Morena alzarse con el triunfo en la persona de Delfina Gómez, el partido en el poder a nivel federal sentará sus reales para lo que puede ser un largo periodo de morenismo en la cima gubernamental del país.
Si la joya de la corona queda en manos de Morena la oposición no sólo estaría derrotada moralmente sino perdida y muerta políticamente durante un lapso considerable. El presidente Lopez Obrador podrá navegar sin ninguna preocupación por el relevo en 2024 porque pasará a la historia, también, por haber borrado del mapa al partido que lo vio nacer políticamente: el PRI.
Cierren las puertas señores.
REBURUJOS
Habrá quien vea con buenos ojos la presencia de la Guardia Nacional en el Metro de la Ciudad de México. Lo cuestionable para otros es la cantidad de efectivos qué hay en este medio de transporte. Son 6 mil efectivos de la GN más 5 mil elementos de la Policía Bancaria e Industrial. Nada más que once mil agentes resguardando el Metro.