El 2 de febrero se hace la presentación de la figura del niño Dios con una nueva vestimenta, una tradición que alude a los relatos religiosos de la presentación de Jesucristo en el templo de Jerusalén para la Fiesta de la Candelaria, o purificación, una tradición que ha perdido arraigo en la capital mexiquense.
En las calles aledañas al Cosmovitral de Toluca, existen varios locales que ofertan productos necesarios para ceremonias religiosas, entre ellos los ropones para el día de la candelaria. Allí se encuentra Margarita García, una señora con más de 30 años dedicada a este comercio por enseñanza de sus padres.
La vendedora, señala que esta tradición, aunque arraigada entre quienes la realizan, ha perdido adeptos entre las nuevas generaciones.
“Sí es una tradición de muchos años, ahora sí que de generación en generación, pero como desde que empezaron los 2000 hemos visto que cada vez viene menos gente, la gente que viene a comprar casi todos ya son mayores y pues a los jóvenes ya casi no les importa seguir la tradición”, mencionó.
Detalla que la mayor prueba está en la ventas que realizan durante la época, las cuales considera han bajado un 50% en relación a hace dos décadas.
“Algunos jóvenes que llegan a venir nos platican que es porque los abuelos les dejan a los niños, pero a veces vienen dos o tres años y ya. Lo vemos también en las ventas, por eso nos damos cuenta, a los mejor si antes vendíamos 20 ahora vendemos 10, por decir un número”, dijo la vendedora.
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Ropones para vestir al niño Dios
Asimismo detalló que en los ropones se representa a algunos de los canonizados por la iglesia católica, mismos que tradicionalmente son elegidos a causa de promesas realizadas.
“Hay de varios santitos, varios ropones para los niños porque la gente les promete, según las promesas que le hayan hecho y el milagro la gente es como lo visten, también con las sillas o accesorios, luego la gente las cambia lo que les concedió”, dijo García.
Detalló que aunque algunas vestimentas se han modernizado, llegando a vestir las figuras con disfraces, estas no se suelen ofertar en la zona.
“Llega desnudo, porque se supone que lo presentamos así en el nacimiento, pero hay buscarle una vestidura correcta, que sea bonita, la verdad no somos de vender ropa moderna a disfraces para el niño porque esa no es la tradición y siento que sería una falta de respeto, mía”.
“Cada quien puede vestirlo como quiera y también entiendo a los que las venden porque al final de cuentas es porque la gente los compra, pero en general por aquí no se venden”, sentenció la comerciante.
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DMM