Hace unos días, Raúl Romero Chaparro, presidente de la Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de México (Asecem) dijo en una entrevista, que pese al incremento del PIB, no es suficiente para que las empresas regresen las utilidades proyectadas.
“Este 31 de mayo, la clase trabajadora recibirá menos utilidades que por ley deberían recibir”, dijo.
Señaló también, que gran parte del sector empresarial no ha podido recuperarse desde la pandemia de COVID-19, incluso, para cubrir los aguinaldos correspondientes al 2022, tuvieron que recurrir a créditos, “por eso la activación económica, no es suficiente para que los empleadores cumplan con esta prestación”, añadió.
No existen condiciones para reducir horas de trabajo, asegura Ricardo Barbosa
Aunque el reparto de utilidades es un derecho laboral para recibir un pago adicional a su salario, aún no existe una certeza real a nivel macro, aseguro.
Estas declaraciones se alinean con las palabras de Ricardo Barbosa presidente de La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en una mesa de diálogo convocada por el Senado de la República; “Tiempo y espacios laborales”, el pasado 20 de abril, para abordar los retos legislativos en materia de Trabajo, Familia y Vida Personal.
Durante su intervención, el presidente de Coparmex, aseguró que aunque celebran la propuesta de reducción de horas de la jornada laboral, por 40 horas a la semana, está reforma podría tener un impacto negativo, no sólo a la cifras de los empleadores, sino porque “porque sí se incrementa un costo operativo, la inflación, puede no contenerse y seguirán subiendo los precios, lo que afectaría a las familias”.
Destacó que, los principales generadores de empleo, son las PYMES (empresas pequeñas), pues representan el 80%, con menos de 50 trabajadores, quiénes podrían ser el sector más afectado, sí se reduce la jornada laboral, por eso no contamos con las condiciones que permitan, dicha reforma.
Pero, en otro panel de la mesa, la intervención de Rogelio Gómez Hermosillo, de Acción Ciudadana contra la Pobreza y consultor de organismos internacionales como el Banco Mundial, sugiere que es importante, cambiar la perspectiva empresarial para crear reformas reales y necesarias para el bienestar de la clase trabajadora.
“Los derechos laborales se han relegado desde hace años”, dijo.
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La perspectiva de que el problema de producción y activación económica, viene desde abajo, debe cambiar, “los mal llamados empleos formales, no son los únicos que tienen problemas de precariedad laboral”, señaló.
En los sectores más dinámicos también se violan derechos laborales.
Refiriéndose a que en los sectores más dinámicos de la economía, como industrias pesqueras, de exportación, mineras, tiendas departamentales, también existen fuertes violaciones a sus derechos laborales.
Pues, “vivimos en un sistema laboral que produce pobreza”, “cuyo problema estructural no depende de la clase trabajadora, como insiste el ambiente empresarial”, recalcó.
Concluyó que, para aspirar a justicia laboral, hay que pensar en regular las diferentes modalidades de jornada laboral; la excesiva, la continua y también la reducida, pues hay trabajos y gente que requieren de trabajos de 3 o 4 horas y no hay regulación del trabajo por hora. “No pueden ser medidas a través de una jornada laboral de 8 horas”, destacó.
DB