En la entrega de la semana pasada platicamos acerca de las características generales que debe tener un sistema fiscal que provea de recursos suficientes al sector del agua y para todas las demás necesidades del país.
Es necesario que entendamos que para aspirar a resolver nuestros problemas, no basta con recursos económicos, sino también depende de otros aspectos de nuestra política fiscal como la desigualdad, el gasto eficiente, etc.
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Por lo anterior, enlistamos las siguientes recomendaciones sujetas a discusión entre todos los mexicanos.
- Aumentar la base gravable de contribuyentes, reduciendo principalmente el sector informal, enseguida atacar la ocupación informal y otras modalidades de la informalidad; es importante que cualquier decisión en materia fiscal incentive la creación de empleos formales, una primera acción es mejorar la facilidad administrativa y aumentar la claridad en la normatividad del pago de impuestos. En resumen se trata de disminuir la evasión y la elusión.
- Una reforma fiscal debe privilegiar los impuestos directos sobre los indirectos, como se ha demostrado en múltiples estudios; los indirectos, como el IVA, tienen efectos negativos en la redistribución de los ingresos, debido a que el porcentaje pagado por el segmento de la población con menores ingresos representa una tasa superior a los de mayores ingresos. Y por otro lado, los impuestos directos son progresivos, lo que es deseable en cualquier sistema tributario.
- Mientras no se fortalezcan las capacidades institucionales y administrativas tributarias de los gobiernos locales, lo cual es lo deseable, se deberá continuar apoyando el sistema fiscal mexicano en el Gobierno Federal.
- Impulsar medidas fiscales contracíclicas, aunque para ello es necesario contar con recursos económicos suficientes.
- Revisión de los Regímenes Especiales de Tributación, bajo el mismo criterio que los subsidios a las tarifas de algunos servicios públicos no pueden ser generalizados, tampoco es deseable una generalización en éstos regímenes.
- Se deben incorporar elementos de sustentabilidad en las actividades económicas a gravar, para ello los impuestos, cobro de derechos, incentivos, etc., deben ir en concordancia, con el cuidado de los recursos naturales garantizando un futuro sostenible.
- Reducir la alta concentración de la riqueza, síntoma de un sistema fiscal que no logra uno de sus cometidos, la distribución de la riqueza, las familias en los deciles IX y X concentran el 48.5% del total de la riqueza, mientras que el decil I, apenas poseen el 2% del total (ENIGH, 2020). Por ello, no debe descartarse propuestas como la que hace Piketty acerca de gravar herencias.
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Como conclusión, en primera instancia hay varios puntos que pueden resolverse sin necesidad de una Reforma Fiscal Integral, pero a mediano y largo plazo, y por la importancia y trascendencia de dichas reformas será necesario llegar a ella. Pero tampoco podemos dejar de tomar en cuenta lo dicho por Steimo: “La política impositiva no sólo es el resultado de las necesidades sociales y económicas de un país; en realidad, reflejan la lucha entre grupos de interés. La distribución de poder entre éstos ayuda a entender porque el sistema tributario de un país difiere con respecto a otro. Los intereses egoístas de los grupos pueden conducir a resultados socialmente indeseables, que sólo reflejan el predominio de los intereses más poderosos, sobre los grupos menos organizados y con menor influencia política y económica”. (Steimo, 1993).