Previo a la celebración del debate pactado para el pasado 18 de mayo, la coordinación de campaña y el equipo cercano de la candidata Alejandra del Moral puso en marcha todo un sofisticado esquema de comunicación política tendiente a dar un giro narrativo a lo que hasta el momento había sido el discurso dominante de Morena en el sentido de un triunfo inevitable registrado en la mayoría de las encuestas.
Esta misma semana el periódico español El PAÍS presentó un estudio en donde 73 encuestas registradas ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) no daban margen de error dada la marcada diferencia en favor de Delfina Gómez. Sin embargo, Alejandra del Moral ha planteado en diversos foros y entrevistas que ya alcanzó a su contrincante y está por superarla con una interpretación aritmética en donde por cada punto que pierde Delfina, Alejandra gana dos; encuestas, declaraciones de expertos, publicaciones en redes sociales y otro tipo de comunicados en el mismo sentido buscan posicionar esta idea en el ánimo electoral: “caballo que alcanza, gana” argumento que ha sido el central desde el inicio de la campaña.
Sin embargo, los datos duros y fríos establecen otra realidad, si se acude a las encuestas más benevolentes con la candidata del PAN-PRI-PRD-NA la diferencia es de cinco puntos para Rubrum y Massive Caller que adicionalmente identifican que a más de 40 días de campaña Alejandra del Moral ha crecido en un promedio de un punto por semana (y quedan dos más) por lo que habría que preguntarse si la interpretación en el equipo de campaña es la adecuada, otros estudios actuariales parecen robustecer la tesis que sostiene la candidata del sistema priista local. Sin embargo, las encuestas también publicadas en esta semana como Votia permanecen en una diferencia de más de 20 puntos, en otras palabras “cada chango a su mecate”; interpretaciones hay para todos los gustos, estudios de opinión no tanto, pues ahí el universo se clasifica en dos, todas las empresas que publican en medios superan la diferencia de dos dígitos y aunque las mismas reconocen un crecimiento hacia las simpatías de “Va por el Estado de México” todo parece indicar que es un tema de ritmo y profundidad de cambio. Es decir, se tendría que acelerar la preferencia y el discurso, tendría que penetrar más entre los electores indecisos particularmente. Pero en el equipo de enfrente, es decir, en sus contrincantes, también prevalecen argumentos valiosos para seguir manteniendo la estrategia de cuidar a su candidata y administrar la ventaja que les ha dado resultado a más de 40 días de haber iniciado la campaña y que los tiene muy cerca del cierre con una ventaja considerable.
La narrativa de Alejandra del Moral y los partidos que la acompañan es obligada y tiene que demostrar a sirios y troyanos que puede y va a ganar, el grupo contrincante tiene sus propios argumentos y ha remarcado en ellos machacosamente a lo largo de la campaña; “no hay PRI que dure 100 años, ni pueblo que los aguante”.
Estamos a tres domingos de conocer el desenlace de esta contienda electoral y seremos los electores, a través de nuestro voto, quienes finalmente determinaremos quién gana en esta elección, no se ha escrito la última palabra y poco a poco queda claro que al final serán los votos el factor decisivo.
Por la importancia del debate pospuse el análisis de movilización de estructuras y cierres de campaña, pero con más información, lo reflexionaré la próxima semana, hasta entonces, gracias por su atención.
DB