Pese a las altas temperaturas que se registran en el país y que afectan su ciclo de transformación, esta temporada se espera el avistamiento de luciérnagas en santuarios de la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl en el suroriente del Estado de México.
Ejidatarios, comuneros y autoridades se unieron en la “Ruta de las Luciérnagas”, un proyecto ecoturístico autosustentable que busca preservar los bosques de la zona con su flora y fauna y al mismo tiempo mostrar su belleza al turismo nacional y extranjero.
Avistamiento de luciérnagas en Zona de los Volcanes
Como organizadores de estas actividades en la zona aledaña al Parque Nacional Iztapopo ellos han combatido por años tala clandestina, incendios, plagas y contaminación ambiental.
“La presencia de la luciérnaga es resultado de un gran trabajo de restauración y de conservación forestal, la luciérnaga en un bosque representa el grado máximo de conservación, qué significa esto? Que cuando nosotros realizamos reforestaciones hacemos control de incendios, manejamos el pastoreo, evitamos las plagas forestales, el suelo forestal, el bosque en su conjunto se conserva, se restaura y en consecuencia la luciérnaga poco a poco empieza a reproducirse”, refiere Rafael Parrilla Arrollo, representante de la Ruta de las Luciérnagas.
Bosque Esmeralda, Parque Ecoturístico Chalma Tetlalcolulco, Paraje Telcoyonqui, Rancho Del Valle en Amecameca y Puentes Porfirianos de Ecatzingo cuentan con santuarios de este bello insecto bioluminiscente, de la familia de los escarabajos, que se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat natural y la contaminación lumínica.
Este año estos santuarios esperan la visita de al menos de por lo menos 15 mil visitantes, entre los meses de junio y agosto, principalmente de la Ciudad de México y zona conurbada, de otros estados de la República e incluso del extranjero, y se estima una derrama económica de más de 5 millones de pesos, de los cuales la mayor parte será destinada a los trabajos de reforestación y mejoramiento de la infraestructura.
Además de disfrutar de la belleza de los paisajes con las figuras imponentes de los volcanes “Popocatépetl e Iztaccihuatl, respirar el aire fresco, y presenciar el romance nocturno de las luciérnagas, los visitantes pueden degustar de la cocina tradicional de los pueblos originarios, alquilar una cabaña o acampar enmedio del bosque.
Este año las altas temperaturas derivadas del fenómeno conocido como “El Niño” y la falta de lluvia retrasaron la metamorfosis de las luciérnagas de los volcanes, pues como pupas o larvas estos insectos viven hasta dos años entre cortezas de árboles o en madrigueras subterráneas pero requieren condiciones específicas.
Se busca preservar los bosques de la zona
“La luciérnaga para que tengan una idea necesita temperaturas de entre 14 y 18 grados -centígrados- y estamos por arriba, la luciérnaga para que pueda completar su ciclo biológico necesita por lo menos una humedad relativa mínima del 70 por ciento y estamos muy abajo”.
De acuerdo con los propios organizadores en la zona se tienen temperaturas de entre 18 y 29 grados centígrados y una humedad relativa de entre 25 y 32 por ciento.
Ante ello las luciérnagas han desarrollado un mecanismo de autoprotección denominado diapausa. Mediante el cual extiende su periodo como pupa o larva de 30 a 15 días más en espera de que el clima se regule para que pueda transformarse, salir, volar e iluminarse para reproducirse y preservar su especie.
SPM