Tlalmanalco es un municipio de la entidad localizado en la llamada “Región de los Volcanes”, por lo que su cercanía con esta superficie terrestre les permite a las familias recolectar la materia prima que dará vida a nuevas artesanías y esculturas.
Artesanías de fibra vegetal, práctica antigua, resguardada por Enriqueta Ruiz
Se dice que el uso de las plantas es una práctica antigua que siempre se ha desarrollado desde el establecimiento de los humanos y que su aprovechamiento se ha conformado como parte intrínseca y así se busca satisfacer las necesidades de la población de una región.
La maestra Enriqueta Ruíz ha dedicado casi 30 años de su vida a la creación de figuras con las fibras vegetales que ella recolecta.
“Mi oficio es ser artesana y en esto llevo ya 27 años, esto inició porque es de bajos recursos, dije – esto es nada más cuestión de que vaya con mis chiquitines y me traiga la vara y empezar a trabajarla.
“Me hice tanto de la vara de perlilla como los ococentles, así le conocemos, pero la gente les dice piñitas y comencé haciendo primero una canastita, cada día me fui impulsando más y ahora gracias a Dios ya se bien las medidas de las piezas para que salgan parejitas”, mencionó.
Venados de Navidad y otros objetos
Los famosos venados hechos a base de vara son el producto estrella en esta rama artesanal, mismos que van desde 30 cm hasta 2.20 metros de altura; sin embargo, las posibilidades de creación son variadas, aseguró la artesana.
“El que más se vende es el grande, el venado de 2.20 y el nacimiento de 2.20, no lo ocupan mucho, pero yo sí lo vendo. También se hacen canastas, jardineras de todos tamaños, según nos pidan los clientes, esas por lo regular pueden ser de 30 centímetros hasta 1 metro, faroles a los que le hacemos bases y todo es con la pura vara”, dijo Ortiz.
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Proceso del arte popular
Explicó que la vara de perlilla, con la que crean el arte popular, debe pasar por un proceso de curado o selección, pues detalla que la madera se debilita con la ceniza, asimismo dejó claro que es esta la que se utiliza gracias a la flexibilidad que tiene.
“Se supone que ya al caer la ceniza, la perlilla pierde su fuerza y aunque es flexible ya no tiene mucha fuerza, tenemos que estar atentos para escoger y recoger la vara que sea de mejor calidad. Hay que saber trabajarla y tampoco desperdiciar, hay que aprender a utilizarla toda y pues ahora también eso es lo que uno trata de enseñarles, ahora mis nietos y eso me da mucho gusto”, concluyó.
DB