En lo que va del año, en el Estado de México se han reportado 362 diagnósticos oficiales de casos de influenza, uno menos que el año pasado y casi la mitad que antes de la pandemia, es decir una creciente disminución de casos.
De acuerdo al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Sistema Único en 2019 hubo, al menos, 626 contagios de influenza, para 2020 solo hubo 13, derivado de las medidas sanitarias implementadas para evitar la COVID-19.
Desde entonces, los casos se mantienen por debajo de la cifra alcanzada antes de la pandemia, incluido 2023, año que con un caso menos que en 2022.
Edomex: A la baja casos de influenza
De acuerdo a la Secretaría de Salud federal, los virus de la influenza estacional causan enfermedades en humanos todo el año.
La incidencia de la enfermedad tiende a aumentar en los meses de invierno, trasmitiéndose de persona a persona al tener contacto directo.
Los virus de la influenza estacional pueden causar enfermedades leves a graves e incluso la muerte, particularmente en individuos con factores de riesgo.
Las personas con mayor riesgo de enfermedad grave son las que no cuentan con vacunación, mujeres embarazadas, personas inmunocomprometidas o con antecedentes médicos crónicos.
La influenza estacional evoluciona continuamente, lo que significa que las personas pueden contraer la infección varias veces a lo largo de sus vidas.
Por lo tanto, los componentes virales de las vacunas se revisan con frecuencia y se actualizan periódicamente para garantizar la eficacia de la misma.
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Recomendaciones
La forma más eficaz de prevenir la enfermedad es la vacunación. La OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan la vacunación anual en mujeres embarazadas, en cualquier semana de la gestación.
También en niños de seis meses a cinco años, adultos mayores de 65 años, adultos y niños que tienen trastornos pulmonares crónicos, cardiovasculares, renales, hepáticos, neurológicos, hematológicos o metabólicos.
Residentes de hogares de ancianos y otros centros de atención a largo plazo, trabajadores de la salud.
Además de la vacunación, existen otras medidas de protección personal como: lavado de manos de forma frecuente, cubrirse boca y nariz al toser o estornudar con pañuelos desechables, o bien, con el ángulo interno del codo.
TAR