Algunos llegan con algunas raspaduras, otros con algunas fracturas y otros más prácticamente desahuciados, pero en este hospital todos ellos tienen cura.
Desde hace 35 años, Héctor se dedica a sanar a niños Dios, sus manos tratan con delicadeza y habilidad a las decenas de pacientes que diariamente llegan a su sanatorio, donde él y un grupo de especialistas se encargan de sanar a las pequeñas divinidades.
“Lo valoran bastantísimo, si no, lo de menos comprarían un niño nuevo, pero la gente cree mucho en sus niños y por eso los trae a ponerlos guapos (…) es una responsabilidad bien grande, qué puedo decir, la gente confía en nosotros”, comenta mientras realiza una maniobra delicada para unir uno de los brazos de un niño Dios que sufrió una caída.
Oficio tradicional del Día de la Candelaria
Él aprendió desde niño el oficio de su padre, quien elaboraba figuras religiosas de yeso, de manera artesanal, años más tarde, cuando aumentó la demanda se dedicó a restaurar niños dios durante la temporada previa a la presentación de éstos ante la iglesia, es decir al 02 de febrero, Día de la Candelaria.
Y desde hace más de tres décadas, Héctor y sus colaboradores instalan este hospital de temporada en la romería de la Avenida México, en la colonia Raúl Romero de Ciudad Nezahualcóyotl.
“Empezamos desde el día 15 más o menos, y diariamente recibimos entre 60 y 70 niños, y en la temporada estaremos recibiendo aproximadamente mil”, refirió.
Ahí, cada paciente es sometido minuciosamente a varios procesos, desde el pegado o unión de piezas, relleno, lijado, pintado con aerógrafo, detallado, barnizado y pulido.
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Pero este popular corredor, cada año también se convierte en un escaparate para elegir el vestuario del niño más venerado de México y es visitado no sólo por vecinos de este municipio, sino por visitantes de otros municipios, de otros estados del país e, incluso, del extranjero.
María de Jesús, quien trabaja en una de las mercerías instaladas en esta romería platica que en este sitio se pueden encontrar diversos estilos de ropones para el Niño Dios, desde aquellos elaborados artesanalmente hasta los de diseñador.
“Yo vivo en Los Ángeles pero ahorita vine de paseo para acá y estoy viendo estos vestiditos para los niños dios (…) aquí tienen muy buenos precios y diferentes estilos para diferentes medidas de niñitos dios (…) anteriormente lo tenía del niño de la salud después lo había vestido de San Miguel Arcángel y ahorita ando viendo una ropa de bebé”, comparte Yolanda Bravo, antes de comprar el vestuario.
DB