Por Gustavo Rentería*
De las 15 gubernaturas en juego, sólo una está en manos de Morena. Se trata de Baja California, donde inició la democracia en México.
El inquieto y valiente alcalde de Ensenada -en su momento- se atrevió a solicitar licencia para contender por la gubernatura; eran los años del priísmo unido, disciplinado y muy poderoso. Pero también los finales de los años ochenta, eran los tiempos del despertar, del “ya basta” y de las organizaciones casi clandestinas, para acabar con el régimen corrupto y acusado de criminal.
Nadie lo podía creer: Ernesto Ruffo Appel ganó con el 52.3 por ciento de los votos y se convertía, con la aceptación de Los Pinos, en el primer gobernador emanado de un partido que no fuera el PRI en la historia moderna de México.
Desde esa fecha histórica, el Revolucionario Institucional no ha vuelto a tener el control de aquella entidad fronteriza. Después de Ruffo, llegaron los también panistas, Héctor Terán, Alejandro González Alcocer, Eugenio Elourduy Walter, José Guadalupe Osuna Millán, Francisco Vega de la Madrid. Pero el 2 de junio de 2019, montado en la ola lopezobradorista, ganó el tijuanense, más empresario que político, Jaime Bonilla Valdez.
Como candidato de la coalición Juntos Haremos Historia obtuvo el 50.3 por ciento de los sufragios. Es hijo de un médico militar y una dama dedicada al hogar. Estudió en la UNAM y una maestría en la Universidad de San Diego.
Fue director general del club de baseball Potros de Tijuana, y después dueño del mismo club. Por cierto, siendo el propietario los vio ganar a su equipo el campeonato de la Liga Mexicana del Pacífico.
Fue director del Diario de Baja California. Fundó Pacific Spanish Network que después de dio vida a PSN Primer Sistema de Noticias, que agrupa 5 frecuencias radiofónicas, una concesión de televisión y una plataforma web.
Fue senador, y después de rendir protesta como gobernador inició una gran polémica, que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La llamada Ley Bonilla pretendía extender el mandato de dos a cinco años su periodo como titular del estado.
Esa “intentona” en complicidad con legisladores del PAN, a cambio de que no fueran a la cárcel, impunidad y no ser molestados durante el mandato del morenista, parecía el final de Bonilla y de Morena en la entidad.
Pero las encuestas dicen lo contrario. Si hoy fueran las elecciones para elegir al sucesor de Bonilla, ganaría Morena de manera muy cómoda: 50% de los sufragios recibiría Marina del Pilar Ávila Olmeda (Morena-PT-Verde), Jorge Hank Rhon (PES) apenas 18 por ciento y Lupita Jones, representante del PRI-PAN-PRD, solamente se quedaría con 13.4 por ciento de los votos.
Efectivamente la caballada opositora en aquella entidad es requítica: por una lado el impresentable de Jorge Hank Rhon, señalado por el asesinato del periodista Héctor “el gato Félix” Miranda; su detención en 1991 por contrabando; su otra detención en 2011 por portación de armas de uso exclusivo del Ejército y por el asesinato de una dama y por si fuera poco, un personaje que actualmente tiene en curso 26 auditorias del SAT a igual numero de empresas de su propiedad.
Y por otro lado, una dama, que intenta sin éxito decirle al electorado que posee un posgrado en Administración de Empresas, cuando solamente se le conoce porque fue una reina de la belleza. Sus libros, claro, nadie los conoce. María Guadalupe Jones Garay pues, sabe de política lo que usted de química cuántica.
Dos figuras muy cuestionables, que le darán un muy cómodo triunfo a Marina del Pilar, la alcaldesa con licencia de Mexicalli.
Ávila será la primera mujer en gobernar el estado de Baja California, y que muy pronto estará en la lista donde aparecen Griselda Álvarez (Colima), Beatriz Paredes Rangel (Tlaxcala), Amalia García (Zacatecas), Ivonne Ortega (Yucatán), Claudia Pavlovich (Sonora), Claudia Sheinbaum (Ciudad de México) y Martha Erika Alonso (Puebla) como primeras mandatarias, en un club de varones.
De que repetirá Morena de Baja California, no hay duda; la pregunta real es, ¿cuántas gubernaturas se llevará el gobierno de AMLO? Yo sigo escuchando en este México, muy polarizado, que un sector asegura que hasta 9 podría ganar de manera muy cómoda. Cifra nada despreciable, cuando solo tiene una de las 15 en juego.
Pero también escucho otro sector, que jura y perjura que se las cobrarán todas juntas a la 4T, y que se llevarán en Palacio Nacional una gran sorpresa, con una derrota descomunal. ¿Será?
Ya pronto, muy pronto, sabremos el resultados, y sabremos los mexicanos, si hay más compatriotas que apoyan a AMLO, o son mayoría los que le dan la espalda.
Con Valor y Con Verdad.– No se puede competir para un puesto de elección popular, con fama de bandido, insisten los que dicen saber de campañas. Imagínense que ni el PRI lo llamó en esta ocasión, y el propio gobernador lo acusa de ser el “criminal más grande de Baja California.”
*Periodista, editor y radiodifusor
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