Desde Alaska hasta la Patagonia, se conmemoró a la Mujer. Pero no, como un día de fiesta y de escándalo. Sino como un acto lleno de valor de millones de mujeres que han luchado denodadamente para cumplir sus ideales. La mujer ocupa el 51 % de la población en el planeta, de la cual un número inmenso, vive en inferioridad de circunstancias. El 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de las Mujeres, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1977, con el objetivo de eliminar toda forma de discriminación hacia ellas, de promover su empoderamiento y conseguir su total participación en la sociedad.

Hoy quisiera hablarles de la mujer durante su vejez. Considero que la parte más vulnerable de ella, es la niña, que ya se nos está embarazando a los diez años, y la adulta mayor que en muchas de las ocasiones es encerrada en su casa, si bien le va. Tirada a la calle, desechada, como si fuera basura. En muchas esquinas de mi país, yo puedo verlas pidiendo limosna. Es triste.

 Desde su fundación en 1945, la ONU por medio del Consejo Económico y Social y sus comisiones asesoras, como la Comisión de Población, desde la cual se promueve la realización de censos en todo el mundo, constituye un decisivo punto de partida en el estudio del envejecimiento ya que en 1954 se reúne la I Conferencia Mundial de Población en Roma. En 1965, en Belgrado, se reúne la II Conferencia Mundial de Población y se crea el Fondo de las Naciones Unidas para las actividades en materia de población (FNUAP), que luego se transformará en el Programa para el Desarrollo (UNDP).

El año de 1974 fue declarado Año Internacional de la Población por las Naciones Unidas. Todo ello implicó un proceso de análisis y reflexión internacional que constituyó parte del origen de lo que al final llevará a las Conferencias Mundiales sobre envejecimiento.

En la sociedad actual, de acuerdo con la resolución 35/129 de Naciones Unidas, la vejez ha pasado de ser un estado, a ser considerada un proceso dentro del concepto de ciclo vital de cada ser humano.

Desde el último tercio del siglo XX, se viene trabajando a nivel internacional en pro del cambio de paradigma en materia de envejecimiento. Este nuevo paradigma, lo encarna la realidad que encierra el concepto envejecimiento activo, que pretende provocar un doble efecto: contribuir a cambiar el imaginario social que sobre la vejez se venía teniendo, y conseguir que el logro que ha supuesto para la humanidad llegar a estos parámetros del envejecimiento, no se conviertan en un problema de sostenibilidad y desequilibrio.

Con estos antecedentes, desde 2002 el Paradigma del Envejecimiento Activo fue definido por la Organización Mundial de la Salud como “…el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.” Aún ahora, en 2024, sigue esto igual. De verdad es un tema para estudiar y comprender.

El término activo se refiere a la participación continua de las personas adultas mayores individual o colectivamente en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos y no sólo a estar físicamente activo o ser productivo.

Envejecimiento activo significa: salud física y mental, participación plena en la sociedad, fomento a sus oportunidades de empleo, relacionarse inter generacionalmente, vivir con independencia adaptando la vivienda, la infraestructura urbana, la tecnología y el transporte.

Se refiere también al ejercicio de las capacidades de los adultos mayores (empoderamiento) para la toma de decisiones, auto fortalecimiento, autoconfianza, control y ejercicio propio de poder, vida digna con sus valores, luchar por sus derechos, independencia y libertad.

Al promover el Envejecimiento activo, las Naciones Unidas plantea como metas principales, fortalecer la capacidad de los países para atender adecuadamente el envejecimiento de su población y dar respuesta a las preocupaciones y necesidades de las personas de mayor edad; que haya una respuesta internacional adecuada a los problemas del envejecimiento, considerando las consecuencias económicas, sociales y culturales que trae consigo el envejecimiento de la población. 

Promover políticas y programas para garantizar la seguridad social y económica de estas personas y darles oportunidades de contribuir al desarrollo y por supuesto, beneficiarse de él. También, propiciar el desarrollo de una capacitación e investigación que respondan adecuadamente al envejecimiento de la población mundial con intercambio internacional de resultados, para un mejor conocimiento en esta materia.

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