Remolinos y un desierto negro por el lirio acuático quemado, es lo único que queda de la Laguna de Zumpango, cuyo embalse se había convertido en una opción recreativa a visitar en Semana Santa.
La desecación comenzó en el año 2022 y se fue agravando hasta que a finales del 2023 quedó totalmente seca.
Hoy luce vacía, con muelles y barcas abandonadas que se van deteriorando cada vez más ante los potentes rayos solares.
Los paseantes desaparecieron y solo algunos pasan a consumir alimentos cerca de la ribera, donde sobreviven un par de negocios a la orilla de la carretera libre a Zumpango.
Laguna de Zumpango dejó de ser una opción para disfrutar en Semana Santa
Los comerciantes explicaron que desde hace dos años, la crisis económica por falta de visitantes los alcanzó.
Durante Semana Santa y cada fin de semana, la zona solía llenarse de familias, parejas y grupos de jóvenes que abordaban las embarcaciones para un paseo hasta la isla en el centro de la laguna.
Algunos más atrevidos se metían a nadar y otros simplemente volaban papalotes o consumían bebidas embriagantes. Eso ya no existe.
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El lugar está completamente seco
Este destino se secó y perdió su atractivo. Quienes llegan solo toman registro de la desecación y el color negro que dejó un incendio de varios días en el mes de febrero.
La Laguna de Zumpango es un vaso regulador construido en el año de 1989, para contener el exceso de agua de Ciudad de México durante la temporada de lluvias.
El agua llegaba a través del Gran Canal y se había convertido en el hogar de más de 200 especies acuáticas, incluso de aves migratorias.
TAR