Los incendios forestales representan un desafío persistente para la salud pública en México, causando estragos en comunidades y ecosistemas. Según datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), en el 2023 se registraron más de 7,000 incendios que afectaron cerca de 300,000 hectáreas en todo el país, con impactos devastadores en la calidad del aire y la salud de la población.
De acuerdo con el Dr. Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sebastián Rodríguez, las partículas que emites los incendios son nocivas para la salud; sin embargo, hay una que impacta directamente a los alveolos pulmonares.
“Cualquier incendio, ya sea forestal o en la urbe; de entrada, genera humo y ese humo es muy dañino para los ojos, genera mucosidad, pero en particular, en el aire se distinguen dos tipos de partículas, las pm10; mayores a 10 micras o micrómetros de diámetro y las pm 2.5, obviamente más pequeñas.
Las últimas son las que generan más problema porque pasan directamente a los alveolos pulmonares y pueden generar problemas graves al sistema respiratorio, las pm10 no tanto, porque como son más grandes no suelen traspasar hasta ese grado, aunque también son nocivas”, puntualizó.
Incendios forestales: Un grave impacto en la salud pública de México
La población más vulnerable a estos impactos son los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a la contaminación del aire causada por los incendios forestales puede aumentar el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, exacerbación de asma y otras afecciones respiratorias agudas y crónicas.
Además del impacto directo en la salud humana, los incendios forestales también afectan la seguridad alimentaria y el suministro de agua potable.
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El problema se agrava por el cambio climático
Las cenizas y los productos químicos liberados durante los incendios pueden contaminar los cultivos y las fuentes de agua, poniendo en riesgo la salud de las comunidades rurales que dependen de ellos para subsistir.
El problema se agrava por el cambio climático, que aumenta la frecuencia e intensidad de los incendios forestales en todo el mundo.
Investigaciones del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) indican que México experimentará un aumento del 30% en la superficie quemada debido al cambio climático para finales de siglo, exacerbando aún más los impactos en la salud pública.
TAR