Por Alejandra Reyes
El tecnopolo Esmeralda es un “elefante blanco” que costó 250 millones de pesos y que tiene un abandono de casi ocho años; de acuerdo con Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de México, pretendía ser un edificio ancla para el desarrollo industrial y tecnológico, donde las universidades estatales y privadas participarían en la modernización y capacitación de las nuevas tecnologías para el impulso de las micro y pequeñas empresas, y además, serviría para atraer las inversiones.
Sin embargo, el tiempo ha pasado y de acuerdo con el cronista de Atizapán, Arturo Trueba, la suspensión del proyecto se debe en gran medida al conflicto que se tenía con los comuneros de Atizapán, pues no aceptaban las propuestas del gobierno del Estado de México; al parecer iban a llegar a un acuerdo para que la comunidad agraria liberara el espacio de una permuta de tierras y se le diera continuidad para el proyecto.
Actualmente, este edificio de cinco niveles está completamente abandonado, es una galería de arte abastracto para los chavos inspirados, que hacen sus dibujos con pintura en espray; los baños están destruidos, las conexiones eléctricas arrancadas y algunos vidrios rotos. No se sabe si hay alguna vigilancia en la zona para proteger lo poco que se conserva de ese inmueble. La única colonia cercana es México Nuevo.
Este edificio fue “inaugurado” en el mes de diciembre del 2013 y tenía una estrecha relación con el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Enrique Gasca Pliego, la cual inexplicablemente quedó suspendida e incluso, ya no se realizó el proyecto de que llegarían las universidades politécnicas a capacitar a los estudiantes para las nuevas tecnologías.
Este magno proyecto quedó parado pues las autoridades estatales ya no le dieron continuidad. Además, estas obras no tienen que ver en absoluto con el municipio de Atizapán, pese a que ellos estuvieron en la ceremonia de inauguración
Los comuneros son los dueños de mil 474 hectáreas en su mayoría de Zona Esmeralda, en teoría iban a llegar a un acuerdo con el gobierno del Estado de México para liberar ese polígono, dijo Arturo Trueba; se sabe que eran 64 hectáreas para el Tecnopolo”. Ese fue el principal problema para que no se concretara el proyecto, el edificio esta cercano a la carretera Chamapa Lechería.
Una vez concluido el inmueble, lo entregaría el gobierno del Estado al Instituto Politécnico Nacional (IPN) para que tomara las riendas del proyecto de investigación y crear una empresa sofwer y entonces, no se concretó, por que los comuneros y el gobierno del Estado ya no mostraron interés en el proyecto, pese a que se pretendía que en 2018 ya estuviera funcionando al 100 por ciento.
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