Según el último informe de la CONAGUA sobre la Situación de los Recursos Hídricos en México, 2024, hay una sobre explotación de mantos acuíferos del Estado de México. La extracción anual de agua en estos acuíferos rebasa su capacidad de recarga, provocando una disminución alarmante en los niveles freáticos.
De acuerdo con Conagua, en 2024 la extracción anual de agua en el Estado de México alcanzó los 2,500 millones de metros cúbicos. Esta cifra representa un incremento del 4% respecto al año anterior, cuando la extracción fue de 2,400 millones de metros cúbicos. La capacidad de recarga de los mantos acuíferos, sin embargo, se mantiene constante en aproximadamente 1,800 millones de metros cúbicos anuales.
Según el informe sobre la Situación de los Recursos Hídricos en México, 2024, los acuíferos del Valle de México, Valle de Toluca y Lerma son los más afectados por la sobreexplotación.
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Estos acuíferos abastecen a una población que supera los 20 millones de personas. La extracción anual de agua en estos acuíferos su capacidad de recarga, provocando una disminución alarmante en los niveles freáticos. Por ejemplo, el acuífero del Valle de México presenta un déficit anual de más de 800 millones de metros cúbicos.
Es de mencionar que esta discrepancia entre la extracción y la recarga de agua pone en riesgo la sostenibilidad hídrica de la región. La sobreexplotación de los acuíferos puede llevar a una disminución significativa del nivel de agua subterránea, causando hundimientos y afectando la disponibilidad de agua para futuras generaciones.
La calidad del agua subterránea también es una preocupación creciente. La Evaluación de la Calidad del Agua Subterránea, 2024, de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (COPRISEM) ha reportado niveles elevados de contaminantes como nitratos, arsénico y metales pesados en varias muestras de agua de pozos.
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Acuíferos del Valle de Toluca y Lerma muestran concentraciones de arsénico
En particular, los acuíferos del Valle de Toluca y Lerma muestran concentraciones de arsénico superiores a los límites permitidos por las normas oficiales mexicanas, lo que representa un riesgo para la salud pública. Las autoridades han intensificado las acciones de monitoreo y están trabajando en planes de remediación para mitigar la contaminación.
Frente a esta situación, el Gobierno del Estado de México y la CONAGUA han implementado diversas estrategias. Entre ellas se encuentra el Programa de Recarga Artificial de Acuíferos, que promueve la infiltración controlada de agua de lluvia y agua tratada en los acuíferos más afectados. Asimismo, se han lanzado campañas para fomentar el uso eficiente del agua en sectores doméstico, agrícola e industrial.
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TAR