A poco más de 80 años de su creación, Altos Hornos de México (AHMSA) se derrumba. El Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles en la Ciudad de México declaró la quiebra de la empresa.
La sentencia se dictó luego de que se rebasó en exceso el plazo de un año para lograr un convenio de reestructuración con acreedores, por una deuda que supera los 56 mil millones de pesos.
AHMSA, que llegó a ser la metalúrgica más grande de América Latina, deberá ser vendida para empezar a pagar las deudas acumuladas, primero con los trabajadores que deberán ser liquidados; acreedores privilegiados y, finalmente, acreedores comunes.
Ahora, cerca de 20 mil trabajadores que dependían de la siderúrgica y las minas, quedarán en el desamparo.
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Altos Hornos de México se declara en quiebra
El Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles designará a un síndico que se hará cargo del proceso de liquidación de los bienes de AHMSA
Con sede en Monclova, Coahuila, la empresa acumulaba una historia de tres décadas de altibajos y cuando menos cuatro años de una crisis que se fue profundizando por diferentes factores.
La siderúrgica, propiedad de Alonso Ancira, quien fue detenido en España en 2019 y procesado por la compraventa irregular de la planta de fertilizantes Agronitrogenados, requería alrededor de 900 millones de dólares, de los cuales, al menos 650 millones deberán ser destinados para enfrentar los adeudos.
El origen de las crisis recurrentes se remonta a la privatización de 1991, cuando el gobierno de Carlos Salinas aceptó la oferta que Alonso Ancira y su socio, Xavier Autrey, hicieron por 145 mil millones de pesos.
Querían asegurar el desarrollo de acero en el país
La acerera fue proyectada cuando empresarios y el gobierno de México decidieron asegurar el desarrollo del acero en el país, debido a la escasez de materiales siderúrgicos durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue inaugurada en 1942, en el sexenio de Lázaro Cárdenas, por la empresa estadounidense The American Rolling Company, en sociedad con el Estado, a unos 200 kilómetros de la frontera con Texas.
Los vaivenes propios de las malas administraciones paraestatales y conflictos sindicales, acentuados en la década de los 80, la colocaron en la vorágine privatizadora del salinismo. Pero los fondos no eran propios y la dupla Ancira-Autrey contrajo una deuda, que para 1999 ya era insostenible.
En la actualidad, hay una gran preocupación debido al exceso de capacidad global de producción de acero, que en 2022 fue de 631.9 millones de toneladas de las cuales 18.4 millones fueron producidas en México.
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