La misoginia no es una conducta privativa de los hombres. Siempre me han llamado la atención las formas de descalificación que las mismas mujeres empleamos entre nosotras, para denostar el valor de nuestras congéneres.
Las mujeres que habitamos el mundo nos enfrentamos a diario con miles de situaciones por resolver y responsabilidades que atender, y sin embargo no hemos logrado aún la cohesión necesaria para mostrar nuestra inconformidad ante el trato que recibimos en lo cotidiano, quizás porque parte del trato desigual proviene de nosotras mismas.
En cuanto a la descalificación, puede ir desde cuestiones triviales, hasta daños profundos como atentar contra la reputación de alguien más.
En nuestro país en donde de acuerdo con datos de la ONU, 11 mujeres son asesinadas todos los días, habría que solicitar información en cuanto a resolución de estos feminicidios, con todas sus letras.
Porque de acuerdo con el Código Penal Federal, se comete feminicidio cuando se priva de la vida a una mujer, y se observan estas circunstancias:
1. “La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
- A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia;
- Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
- Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
- Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
- La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
- El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.”
Esto obviamente vuelve explicable el hecho de que 8 de cada 10 mujeres se sientan inseguras en nuestro país, tanto en el espacio público como en el privado. Lo anterior es una razón suficiente para explicar la ansiedad y falta de salud física y mental, entendiendo a la salud, como ese unicornio que concatena estado de equilibrio y bonhomía, – que pareciera ser la regla y no la excepción.
La violencia ejercida por parejas, esposos, ex novios o ex esposos contra las mujeres en México sea considerada como “severa y muy severa” en 64.0% de los casos, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016.
En términos de justicia se vuelve escalofriante, cuando de 100 mujeres entrevistadas por Amnistía Internacional tras su detención, 33 de ellas denunciaron haber sufrido abusos de tipo sexual por las autoridades que debían protegerlas y que las mujeres lesbianas, bisexuales y transgénero corran especial peligro al momento de la detención, pues “son mujeres cuyo cuerpo no se adapta a las normas esperadas de femineidad”, según Amnistía Internacional.
Todo esto parece ser resultado de una muy pobre educación en valores y en conciencia de la congruencia en el trato con los otros, las otras y les otres.
Las mujeres estamos cansadas de vivir con el temor de convertirnos en estadística. Las mujeres debemos comenzar a ver con otros ojos al resto de las mujeres, sabiendo que es urgente asumir una actitud de respaldo y sororidad entre nosotras, sin juicios de valor de por medio.
Urge sanar esta sociedad y la mejor manera de hacerlo es a través de la educación y de la familia.
Deseando que el #25N2024 nos encuentre, conscientes, comprometidas y desde la horizontalidad, logrando destrabar los temas que hasta hoy siguen siendo parte de esa tremenda #DeudaHistórica.
Asumamos nuestra responsabilidad y nuestro metro cuadrado de influencia, de otro modo de nada sirve enarbolar banderas, si no somos capaces de sostenerlas.
PAT
TE SUGERIMOS: Tlalnepantla: Habitantes de Barrientos piden que se evacuen otras siete casas
Sigue nuestro CANAL ¡La Jornada Estado de México está en WhatsApp! Únete y recibe la información más relevante del día en tu dispositivo móvil.