El tallado en hueso es una de las 13 ramas artesanales reconocidas por el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM).
Esta práctica cuenta con un registro de casi 80 maestros artesanos en la entidad y representa una tradición con raíces que se remontan a tiempos prehispánicos.
Tallado en hueso en el Estado de México
Entre los vestigios más antiguos que evidencian esta técnica se encuentra el “Hueso sacro de Tequixquiac”, una escultura elaborada en el hueso sacro de un camélido, datada entre 14,000 y 7,000 a.C. Esta pieza es considerada una de las obras de arte más antiguas del continente americano.
Además, el tallado de hueso tenía usos prácticos y simbólicos en las culturas prehispánicas, ya que era empleado en la creación de armas y ornamentos.
Con la llegada de la época colonial, esta tradición se consolidó en diversas regiones del país, incluido el Estado de México, donde los artesanos locales comenzaron a producir objetos utilitarios y decorativos.
Los conocimientos técnicos y artísticos de este oficio se han transmitido de generación en generación, preservando una parte importante del patrimonio cultural de la región.
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Proceso artesanal del tallado en hueso
Abraham Ruiz, maestro artesano mexiquense, explicó el meticuloso proceso que implica esta técnica.
“Hay que asistir desde temprano al rastro por nuestro material, te hablo de como las 4:30 de la mañana. Nosotros trabajamos con fémur de res, posteriormente se congela y después de un largo proceso se hace el descarnado, desgrasado, toda la limpieza del material”.
Ruiz detalló que el siguiente paso consiste en trazar los cortes adecuados según la pieza que se va a elaborar.
“Ya en la parte de la creación trazamos los cortes prudentes y definimos el tamaño de lo que se vaya a realizar, a veces la usamos toda completa o a veces también la tenemos que lijar para sacar una muestra más delgada”.
Una de las características distintivas de este oficio es la creación de piezas en miniatura, lo cual requiere precisión y atención a los detalles. Ruiz destacó la satisfacción que le genera su trabajo al ver la reacción del público.
“Trabajamos mucha miniatura y es un orgullo ver la reacción de la gente cuando las ve, cómo va persiguiendo los detalles de la obra a pesar de su tamaño, y eso es algo que te llena, porque también estás representando a tu estado y a tu país con tu trabajo”.
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MPH
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