Las campañas políticas están en todo su apogeo, y a pesar de la pandemia, no hay cambios de forma y menos de fondo.
Seguimos viendo actos multitudinarios y largas caminatas que no respetan en los más mínimo, la sana distancia. Pudiera rescatar en su favor que el gran protagonista es el cubrebocas, ese sí lo portan, casi, en todo acto.
A pesar de los pactos de civilidad signados por el gobierno estatal con los 11 partidos políticos participantes en estas elecciones 2021; los dimes y diretes están a la orden del día. Se han dado conatos de violencia en diversos eventos, en donde los candidatos se acusan unos a otros de orquestar las agresiones.
Todos acusan al de enfrente, pero la realidad es que sí se han dado acciones que hacen salir corriendo a los candidatos por temor de que la agresión verbal escale en física, amén de las que sí hay casos, incluso con saldos de muertes y lesionados, de las cuales no hablaremos en esta ocasión.
Y como muestra, un botón. El caso de Ocoyoacac, donde la candidata a alcaldesa, Anallely Olivares, abanderada de Morena, presidenta con licencia que pretender reelegirse, salió huyendo de la comunidad de Cholula, donde un grupo de vecinos esperaba su arribo para poder reclamarle el hecho de que no ha cumplido ninguna de las promesas hechas en su anterior campaña, hace tres años.
La joven alcaldesa con licencia no bajó ni el vidrio de su camioneta siquiera y abandonó la comunidad sin intentar dialogar con los vecinos. Fue el equipo de campaña quien dio la cara; quien revisó las promesas firmadas por la abanderada de Morena y quienes no pudieron dar respuesta sobre eso y otras demandas de la población de esa comunidad.
¡Qué valor de mujer! Me digo; ella sabe que su administración municipal ha estado llena de desaciertos y que, en más de una ocasión, los vecinos la han increpado por que no se ha hecho obra pública el municipio, porque no ha cumplido con compromisos de campaña y porque tampoco resuelve los problemas de la comunidad.
Sin embargo, estoy convencida que el peor desacierto de esta señorita es que no sabe hablar con la gente, lo peor, no sabe y no quiere escucharlos, no tiene sensibilidad política y ni pisca de empatía en las peores situaciones.
Pero no todo es su culpa; cómo es posible que su partido político -Morena- haya decido que buscara reelegirla si es considerada el enemigo público número uno de una gran parte de los ocoyoaquenses quienes la han increpado hasta en el salón de belleza en horas laborales, porque Anallely Olivares nunca le da la cara a la gente.
Toda acción tiene una reacción, y el haberla nombrado candidata tendrá consecuencias, ya veremos las cifras en los resultados electorales este seis de junio en el Estado de México, en donde, por cierto, aparecerá en la boleta electoral, al lado de Bibi Gaytán.
ASME
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