Había una vez una dulce mujer que decidió reproducirse un día.
Llena de ilusiones y con la ayuda de la “semillita” de su amado
esposo concibió a un ser humano libre de toda maldad
y lleno de una calidad de ser integral infinita…
Si todas las historias de vida comenzaran así, tal vez el mundo sería un lugar mejor, o tal vez uno muy cursi. Tal vez el hecho de haber sido una madre muy joven me da la prerrogativa de haber tenido miles de dudas y de miedos.
Una vez que “el Bebé” (sea del género que sea) abandona nuestro cuerpo una sensación de pérdida se apodera de la existencia; ahora ese pequeño “ser” es algo “externo” que se mueve, que vive y que solicita alimento por lo menos cada 3 horas. Nuestras jornadas de sueño se ven limitadas y hasta desvanecidas por las invariables necesidades de esa nueva persona, y a veces nos dedicamos a llorar al mismo ritmo y horario del infante…
Conforme el tiempo pasa vamos aprendiendo a preocuparnos por cosas nuevas cada día, si come bien, si duerme bien, si se le baña adecuadamente, si llora y le da fiebre porque le están saliendo los dientes, si camina bien, si no estará teniendo alguna condición que le impida desarrollarse, si no puede pronunciar la “r” o la “RR”, si hace berrinches, si decide que no quiere bañarse, si no se come el lunch, si no termina la tarea, si lee de corridito, si tiene amigos, si la vida será suficientemente larga para poder acompañarlos en la travesía, y de repente… ¡El Despertar!, te das la vuelta y ese dulce ser que era todo sonrisas comienza a transformarse en adolescente, que ya decidió que no quiere ser NERD y que le fastidia que le revises la libreta de tareas…
Comienzas a sentirte desplazada, de vez en cuando se ríe de chistes que podrías comprender si te los contara, y sin aviso alguno sus largas pláticas vespertinas comienzan a convertirse en esos aburridos monosílabos:
“¿Qué tal la escuela?” – “Bien”,
“¿Te gustó la película?” – “No”
“¿Tienes mucha tarea?” – “Sí”
¿Quién es ese alien con uno que otro barrito y tal vez una espinilla que ha osado raptar a tu niñ@ hermos@? Quién lo sepa por favor que me mande un mail o un whats con la información necesaria. ¿Cómo me relaciono con esa persona que hasta ayer me contaba todo lo suyo y a quién ahora veo con un poco de dudas y con la tristeza de ver que poco a poco deja de ser un niño?
Tal vez si recordáramos como fuimos nosotras podríamos mantenernos más cercanas.
No recomiendo que nos volvamos sus amigas, porque en el camino les dejamos orfandad, yo he decidido continuar siendo su madre, pero quizá de una manera más fraternal en la que les permito estar tan cerca de mí como lo requieran sin invadir su privacidad, pero asegurándome de que se encuentran seguros.
Me he dado el tiempo de platicar con ellos de un modo distinto y por qué no decirlo, de retarlos de vez en cuando sobre todo en los momentos en que aparentemente las cosas están por salirse de control, como la última vez en que uno de ellos tuvo que realizar una investigación y la dejó para el final de un domingo en que yo me encontraba escribiendo una reseña cinematográfica y osó pedir mi computadora prestada bajo la premisa – “¿Quieres que haga mi investigación o no? Y es que ese tipo de respuestas que copian de no sé quién diablos deja de manifiesto la influencia externa… porque “mi hijito nunca me contestaba así…”
Hemos llegado a la etapa de los nuncas y lo único que me queda es seguirlos amando y que en esos “dulces” momentos en que olvida que alguna vez los arropó en las madrugadas y en que escucha a Rammstein, Metallica y demás yerbas a todo volumen pongo mi mano sobre mi vientre vacío y recuerdo que alguna vez fue el habitante de mi ser y que aún externo sigue siendo parte mía… y lo amo más allá de mis expectativas deseando ser capaz de ayudarlo a ser una persona feliz e independiente… ( y demás manifiestos maternales ahogados por las lágrimas que me provoca el terror ´y la esperanza de saber que cada vez será más suyo y menos mío y que si eso es posible habré realizado la labor…)
Voy a verlo ahora, creo que está tosiendo y se ve tan lindo durmiendo me recuerda a un bebé que conocí…
PAT
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