Por: Alejandra Reyes
Andrés “N”, el presunto feminicida serial de Atizapán, loco no está ni desquiciado; es un hombre muy inteligente, tenía todo un plan de acción, sabía como “salirse con la suya”, para después mostrarse con piel de oveja y, con el paso del tiempo, repetir una y otra vez los crímenes como depredador en su casa, afirmó Patricia Valladares, psicóloga Clínica, Coordinadora del Programa de Atención a la Violencia de la FES Iztacala UNAM.
“Tenía todo perfectamente organizado, sobre cómo cometer los crímenes y salir con total impunidad, tenía el placer como asesino serial de guardar reliquias de las muertas, los celulares, los zapatos, los videos, como una manera de mostrar sus trofeos, como los cazadores que tienen las cabezas colgadas de sus presas”.
Patricia Valladares
La especialista recomendó a las autoridades penitenciarias del Estado de México que a los expertos psiquiatras se les permita los expedientes de los asesinos seriales, para que los casos fueran estudiados y analizados, de esa forma se ayudaría a la sociedad a detectar a esos sujetos que andan por el mundo con piel de oveja y con negras ideas.
Tal como han presentado los hechos, parecería que era un asesino serial; la terapeuta apunta a que de niño pude ser maltratado por su mamá, “tiene todo el aspecto de asesino serial con un trauma de la infancia, que se tiene que investigar”.
Aquí también predomina la situación ideológica, sería muy fácil declarar al sujeto como loco, pero también existe el machismo; “ahora que está viejo se tiene estos hechos, pero seguramente, cuando fue joven cometió muchas cosas, que tienen que ser analizadas como parte de sus antecedentes”.
Andrés Filomeno “N” es un feminicida, misógino, consideraba a las mujeres como cosas, objetos, para satisfacer sus necesidades, fantasías y demás, por todo su modus operandi.
Conservaba en su casa de la calle de Margaritas de Lomas de San Miguel, las pertenencias de sus víctimas, como lo hacen los cazadores, era un depredador con piel de oveja.
La terapeuta apuntó que no está loco, no veía a una “chava” y la quería matar, pues tenía un modus operandi muy bien hecho. Por eso aprovechaba su cargo de presidente del Consejo de Participación Ciudadana (Copaci), para conocer las vulnerabilidades de la gente, “ ahí está lo interesante, se agarraba chavas vulnerables, madres solteras y se ofrecía a ayudarlas”, comentó Patricia Valladares.
Las jóvenes, por su perfil, no lo consideraban peligroso, anda por la vida como un viejito buena onda, ayudador, entregador de despensas, cosas así, pero en realidad, quería poseer a las mujeres como si fueran cosas. Sabía que estaba mal, hacía todo lo conducente para desaparecer la evidencia, destacó.
NEF
Este sujeto nos presenta un problema psiquiátrico que se deriva de su historia de violencia, un asunto psicológico que el sujeto no pudo manejar, como de amor y odio con las mujeres, pero también el problema que tenemos el este país de feminicidio, impunidad y la falta seguimiento de tomarse en serio la desaparición de mujeres.
Con esto nos preguntamos, dijo Patricia Valladares, ¿cuántos feminicidas habrá por ahí, como el caso del Canibal de Ecatepec?, “la idea que nos queda, es que a estos locos hay que meterlos al psiquiátrico y que los curen los doctores, no es así, es algo que nos afecta a la sociedad, porque permea la impunidad, complicidad, ¿qué pasaba con la familia de todas las desaparecidas, ¿si las buscaban o no?.
Generalmente estas mujeres son vulnerables, cuyas características son la pobreza, problemas familiares y la pregunta, ¿qué hizo el estado para garantizar la seguridad de ellas?..
Destacó la psicóloga, “era un depredador, no porque este loco, sino por la omisión del estado para aclarar este caso, así como de la comunidad, porque nadie se preguntaba si tenía Andrés “N”, una parte súper oscura”
Finalmente dijo, “valdría la pena para los expertos tener acceso a los expedientes, para analizarlos, para que estos casos ya no se repitan y detectar a más asesinos seriales.
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