Para Norberto López+, a 72 años de su natalicio
En México se dice que “no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”. El día de la jornada electoral ya llegó. La ciudadanía elegirá 500 diputaciones federales. Además, en esta entidad se elegirán 75 diputaciones locales y 125 ayuntamientos. Este día será la conclusión de una larga batalla electoral cargada de violencia.
Aparte de los ocurridos en el resto del país, esta semana se denunciaron, entre otros, los siguientes hechos violentos en suelo mexiquense: Ixtapaluca, intento de asesinato del coordinador de campaña de la candidata de Fuerza por México a diputada local; Malinalco, ataque al candidato de ese mismo partido a presidente municipal; Nezahualcóyotl, agresión armada a un colaborador del candidato morenista a la presidencia municipal; Juchitepec, ataque a la candidata del PRI a la presidencia municipal. Finalmente, en Tlalnepantla hubo dos ataques armados: uno al candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal; otro al domicilio del titular de ese cargo, actualmente con licencia, quien busca reelegirse.
Con este panorama, por si hicieran falta cifras pesimistas, el propio gobierno estatal reconoció la existencia de 72 puntos de riesgo electoral, sin precisarlos, es decir focos rojos que hasta hace unos días la presidenta del IEEM, Daniella Durán, negaba que hubiese. Por los hechos más recientes puede suponerse que la mayoría se localizan en el sur del estado.
Lo que hay detrás de toda la violencia electoral descrita es la idea de que la jornada electoral de hoy es la madre de todas las batallas, pero este es un supuesto falso. Las elecciones no fueron concebidas para disputar todo el poder de una vez y para siempre; son instrumentos para conseguir el poder temporalmente y de forma limitada. Solo está en juego la composición de la cámara baja del Congreso de la Unión y no el poder ejecutivo federal. En el caso mexiquense se compite por la integración de la legislatura local y todos los ayuntamientos, que sin excepción tienen una composición plural después de cada elección.
Además de la violencia física, en las campañas se ha visto estrategias de guerra sucia desplegadas en contra de diversos candidatos; linchamientos en los medios y en las redes sociales en contra de quienes difieren del sentir popular o de las élites. Estas son nuevas formas de violencia digital; inexistentes hasta hace algunos años, pero que han tenido un impacto significativo en el electorado.
Con estos preocupantes antecedentes se llega a la jornada electoral, en la cual no debe olvidarse la necesidad de neutralizar la gigantesca operación de compra y coacción del voto, desplegada desde las oficinas de varios partidos y gobiernos, especialmente del PRI, inventor de la gran mayoría de las prácticas electorales fraudulentas, exportadas después a otros.
Hoy competirán dos coaliciones electorales y varios partidos, a fin conquistar la voluntad popular en forma de votos para su causa. Pero las escasas ideas y propuestas, esbozadas por algunos candidatos para sumar electores, estarán compitiendo contra el poder del dinero. El país y el estado enfrentan el reto de construir un sistema democrático real, que elimine la simulación plutocrática. Los votos no deben obtenerse con dinero u otras dádivas. Acceder de esta forma a los cargos de gobierno o de representación política denigra los valores democráticos. La democracia solo puede construirse votando con libertad.
NEF
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