Piñatas, juguetes típicos, alebrijes, figuras monumentales y hasta Mexicráneos eran parte de las artesanías que elaboraban en gran cantidad los cartoneros de Chimalhuacán, pero la pandemia del Covid-19 los dejó sin trabajo.
Desde hace siete meses que la producción en el taller de la familia Álvarez Estrada, ubicado en el Barrio Talabarteros, se redujo a algunas piezas que apenas les alcanza para sobrevivir.
Las invitaciones a participar en por lo menos 15 festivales y muestras culturales, programadas para este 2020, también se vinieron abajo.
La celebración del Día de Muertos y las posadas de diciembre, serían una buena temporada para ellos, pero el repunte de casos de coronavirus los tiene en incertidumbre, pues es la fecha que no han podido concretar algún pedido para sus productos.
Carlos Álvarez Estrada, quien heredó el oficio de la cartonería de su padre Don José Ramón, lamentó que, con la aparición de la enfermedad, el oficio esté detenido casi en su totalidad.
Este miércoles hizo una entrega de 30 máscaras de cartón que vende en 30 pesos, lo que apenas le dará oportunidad de ayudar un poco en la manutención de su padre enfermo.
De vez en cuando entrega algunas piñatas en el Mercado de la Merced, pero la demanda es muy limitada.
“No me quejo, porque tampoco debemos hacerlo y porque ahí vamos saliendo, pero si estamos pasando por un momento difícil”, señaló.
Recordó que el año pasado vendió al menos 2 mil piñatas en la Central de Abasto de Iztapalapa, pero sobre todo que participó en 13 muestras y desfiles culturales en el Centro Histórico de la Ciudad de México y otras entidades.
Una de las piezas de la exposición de Mexicráneos, que se montó sobre Paseo de la Reforma el año pasado fue creación suya: “Juntos por Siempre” la cual elaboró en honor a su madre.
“Nada, este año ya no hubo nada. Todas las ferias se cancelaron con la pandemia; iríamos a la Feria del Caballo, a una feria en Guadalajara, a la Feria de las Culturas Indígenas y al concurso de Alebrijes, pero ya no fue posible”, explicó.
Agregó que en estos últimos meses se ha apoyado de algunas despensas que ha solicitado al gobierno municipal, aunque también buscará la oportunidad de pedir ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por el momento, la única pieza que está por entregar es una que ha llamado la Dama de Hierro y será expuesta en el Museo de la Tortura.
“Aunque ahorita no se ha podido, tengo muy bonitos recuerdos de las ferias; me gusta cuando la gente admira nuestro trabajo y los niños se emocionan; esperemos que esto (la pandemia) ya termine”, expresó.
Carlos y su familia confían en que pronto la nueva normalidad les permita retomar las actividades con la que han logrado rescatar el valor de la cartonería en México, y cuyo oficio es la principal fuente de ingresos del taller que daba empleo a unas 15 personas.
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