El mes de junio que corre ha marcado la vida de muchos de los actores políticos del país. Obvio que las elecciones fueron un bálsamo para muchos, pero también una cubetada de agua fría para otros tantos, dependiendo de qué lado de la boleta electoral estuvieron en su respectivo distrito electoral. Lo mismo ocurrió con quienes buscaron alguna alcaldía o gubernatura.
Pero hay políticos o políticas que no estuvieron en la boleta electoral y aún así resintieron de una u otra manera el resultado de las urnas. Una de ellas fue la Jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien tres días antes de la jornada electoral empezó a vivir uno de los meses más complicados de su carrera política, con el desplome de la Línea 12 del Metro.
Para nadie es un secreto que la capital del país es una de las ciudades más politizadas de México. El arrollador triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en 1997 y los posteriores gobiernos de la izquierda, representada en esos momentos por el PRD, así lo demuestran. Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera y ahora Sheinbaum, impulsaron leyes de vanguardia para que los habitantes de esta ciudad tengan libertades impensables en gobiernos de centro o de derecha.
Pero también, como ocurre en todas partes del mundo, algunas administraciones de un solo partido que se prologan por muchos años van sufriendo un desgaste natural. Si a esto se agrega una desgracia como la del Metro, el primer golpe, en este caso electoral, lo resintió la Jefa de Gobierno. Aunque no es la única señalada, a ella se le achaca el descalabro que sufrió Morena en las alcaldías de la Ciudad de México.
Contra viento y marea, la Jefa de Gobierno, se ha tratado de sobreponer a ambos episodios. En el primero, la respuesta vino con la presentación del primer análisis técnico de lo que provocó el desplome del vagón de la Línea 12, obra construida en la administración de su adversario rumbo a la presidencia, Marcelo Ebrard. Las miradas empiezan a apuntar hacia otro lado y eso le quitará un peso de encima a la Jefa.
Por lo que hace al segundo tema, Claudia Sheinbaum tendrá que hacer gala de su habilidad política para recomponer el espectro electoral y volver a recuperar los espacios perdidos en la ciudad y obvio no permitir que se pierda el gobierno central dentro de tres años.
Otra batalla que ha librado incluso a contrapelo de lo que ha dictado la secretaría de salud ha sido el manejo de la pandemia. El último capítulo se dio la semana pasada, mientras su gobierno ampliaba horarios y actividades, el semáforo epidemiológico controlado desde el gobierno federal regresó a la capital al semáforo amarillo.
Si bien sus dotes políticas las empezó a mostrar desde los tiempos del Consejo Estudiantil Universitario a mediados de los 80, Sheinbaum ha crecido al amparo de Andrés Manuel López Obrador, quien la nombró secretaria del Medio Ambiente cuando él encabezó el gobierno de lo que en ese entonces era el Distrito Federal.
Por esa razón el tabasqueño no la ha dejado sola ni en el caso de la Línea 12 del Metro como tampoco en la derrota de su partido en la Ciudad. Veremos cuánto tiempo más dura ese manto sobre la jefa quien justo este jueves celebra su cumpleaños, en el mes más complicado de su carrera.
Comentarios: miguel.perez@estadodemexico.jornada.com.mx
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