La Jornada Estado de México

Edomex, ¿el laboratorio político de 2024?

Por: Miguel Ángel Romero Ramírez
Pluma invitada

Tras las elecciones intermedias, la sucesión presidencial es una realidad. No falta mucho para conocer si AMLO acertó o erró al catalizar el proceso que lo ubica a la salida de Palacio Nacional; sin embargo, lo que sí es posible advertir son los términos bajo los cuales le gustaría que se efectúe la lucha por el poder en 2024, mismos que podrían explorarse en el Estado de México.

En distintos niveles, la entidad se convierte en terreno fértil para medir las posibilidades de que la Cuarta Transformación se convierta, o no, en un proyecto transexenal. De inicio, la justa electoral por su gubernatura ocurrirá un año antes del recambio presidencial, lo cual daría espacio para hacer ajustes en la planeación estratégica nacional; al tiempo que los mexiquenses son los de mayor peso en el padrón electoral en el país, por lo que el experimento tendría una muestra envidiable.

Aunado a ello, destacan aspectos del orden político. La entidad representa uno de los últimos bastiones del Partido Revolucionario Institucional y cuna de quienes, desde la visión amloista, son los verdaderos y únicos culpables del desastre por el que atraviesa el país. 

Y es que, en un país en donde se “gobierna” a través de símbolos, nada puede ser mejor que derrotar al primo del ex presidente Peña Nieto, en su casa, con su gente y, sobre todo, con su aparato y maquinaria electoral. Habría implícitos dos mensajes contundentes: se descarrilaría la pretensión del propio Del Mazo por estar en la boleta presidencial y, por otro lado, aplasta a sus adversarios y con ello entierra de facto al PRI.

A este coctel, se podría sumar que su caballada para la entidad no es, ni la más robusta, ni las más efectiva, prueba de ello fue la poca capacidad para operar en las pasadas elecciones intermedias; a contrapelo de lo que sí demostró el Gobernador Del Mazo, de la mano de Alito Moreno, en donde el PRI arrebató a Morena espacios claves como la propia capital de Toluca, así como Metepec, circunstancia que podría empezar a marcar una clara preferencia electoral en donde el partido del presidente dejó de ser, en tiempo record, una opción viable para los ciudadanos. 

Parece casi una obviedad, pero si la sucesión presidencial ya arrancó, la del Estado de México cuenta ya con ciertas definiciones a las que se debe poner atención. Por el lado del partido del presidente destaca el grupo que encabeza el Senador Higinio Martínez, quien de no ser el elegido podría operar por la vía de sus dos alfiles: Delfina Gómez y Horacio Duarte.

Respecto a la jugada priísta, el Gobernador Alfredo del Mazo mantiene varias opciones, las cuales podría ir habilitando según lo exijan las circunstancias: desde su Secretario General de Gobierno, Ernesto Nemer, la presidenta del partido en la entidad, Alejandra del Moral, la recién electa diputada federal Ana Lilia Herrera, así como el próximo líder del Congreso local, Elías Rescala y el recién electo Alcalde de Toluca, Raymundo Martínez; grupo al que se le podrían sumar con la venia del CEN Nacional los diputados Ricardo Aguilar y Carlos Iriarte.

En el PAN, parece no haber competencia, Enrique Vargas, actual presidente municipal de  Huixquilucan tiene una amplia ventaja para ser ungido, mientras que por Movimiento Ciudadano llegaría el Senador Juan Zepeda.

Apunte: No es casualidad que el aspirante a candidato a la presidencia Marcelo Ebrard haya realizado su destape formal en tierras mexiquenses.


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