Esta mañana el gobernador Alfredo del Mazo Maza dio la noticia de que el Estado de México regresa a semáforo naranja y con ellos, el aforo de todos los centros comerciales y unidades económicas, se reduce también al 50 por ciento.

La verdad es que la noticia no nos tomó de sorpresa. Los números hablan por sí solos y sabemos que la cantidad de nuevos positivos, cada vez es mayor; que las camas Covid ocupadas en los hospitales, ha subido de manera muy rápida, más del 20 por ciento en las últimas tres semanas, y sigue creciendo.

También se ha reiniciado, una vez más, la reconversión de los hospitales Covid. Todo esto debido a que llegó la tercera ola que tanto se temía. Pero en ésta, la gran protagonista es la variante Delta del virus Sars Cov2.

Es la más agresiva identificada hasta el momento, en el mundo. Le da incluso a los vacunados, aunque sí, con menor intensidad que a los que no están vacunados.

Dato muy importante: está atacando principalmente a los menores de 40 años; lo cual es una muestra de que efectivamente la vacuna está funcionando; así que es una responsabilidad personal acudir a ponerse la vacuna en cuanto sean convocados. Por favor, no lo dejen de hacer.

No está de más hacer conciencia que la obligación de las autoridades está en proporcionar las vacunas y difundir toda la información necesaria sobre el riesgo de contagio. También poner los puestos para hacernos las pruebas rápidas en cuanto tengamos la posibilidad de haber sido contagiados, ya que el aislamiento oportuno evita que sigamos contagiando a más personas por las calles.

Es nuestra obligación también, cumplir con todas las medidas de sanidad. No salir ni convivir con nadie ajeno a nuestro círculo diario sin un cubrebocas; usar el gel más frecuentemente y tratar de evitar reuniones y lugares tumultuarios.
Esa no es obligación de los gobiernos, esa es absolutamente nuestra.

El subsecretario de Salud Federal, Hugo López Gatell, informó que el nuevo proceso para la determinación del semáforo epidemiológico, también ha evolucionado. Aseguró que ni estando en semáforo rojo, se volverá a un confinamiento total.

Esto debido a que es imposible que económicamente se pueda volver a una sitaución paralizada, pues el gran grueso de la sociedad, sino trabaja no come.

Esta situación, la conciencia que, se presume, ya tienen los ciudadanos para vivir y convivir con el COVID-19 y el avance en la campaña de vacunación, hacen posible que se pueda llegar hasta un semáforo rojo, sin que el sector económico, ni el educativo, tengan que dar marcha atrás.

Es por esto, que las clases presenciales, al parecer, tampoco tienen marcha atrás. El tiempo se encargará de calificar las decisiones; si fueron buenas o malas, pero colocará el crédito en su respectivo lugar y la historia dará cuenta de ello.

Mientras tanto, vamos a hacer lo que nos toca, cuidar de nosotros y de nuestras familias y hacer conciencia en nuestros conocidos. Vivamos un semáforo naranja responsable.

ASME


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