Alguna vez, en el Estado de México, existió un espacio muy importante, una oficina gubernamental en donde, con 9 subprogramas, se posicionó, como uno de los más importantes, –más llenos de cuidado y solidaridad con los hombres y las mujeres–, en materia de población en nuestro país. Allí trabajaban hombres y mujeres muy comprometidos y su tarea principal era enseñar a todos, como podían tener la posibilidad de salir adelante sin tener que reproducirse tanto. Era el Consejo Estatal de Población.
Hará ya como unos ocho años, el mismo Coespo, aseguró que el Estado de México “se encuentra en el séptimo lugar nacional de embarazos adolescentes de 13 a 19 años de edad. Por ello, para controlar el problema el gobierno implementó acciones para difundir los riesgos y las consecuencias de formar una familia a temprana edad”. Ahora está en el primero.
Y eso, cuando se trata de formar una familia, la verdad es que a muchas de las niñas ya, se les está haciendo fácil estar cerca de los muchachitos que les prometen las perlas de la virgen y no saben verdaderamente qué están haciendo, si pipí, o el sexo con alguien. Porque de amor no se trata ni de relajo.
La verdadera preocupación es conocer quiénes son los padres de los menores nacidos de la población adolescente del estado. Toda vez que en los centros de salud y hospitales no toman datos sobre el padre, sólo sobre la madre y es probable que muchos de ellos sean hijos de varones de la misma edad, aunque no sabemos si son hombres mayores o los mismos compañeros de la escuela los responsables de la paternidad.
Este tema es de preocupación latente para el gobierno estatal, porque en el estado hay una población de 12 a 19 años de un millón 150 mil mujeres y un millón 120 mil hombres, de ellos, la población adolescente es del 15.22 por ciento. El índice de embarazo es de 12 por ciento del total de un millón 150 mil mujeres registradas, siendo los municipios más poblados en donde prevalece el número de mujeres en edad joven con hijos, Ecatepec y Tlalnepantla.
Los de menor cifra de embarazos son los rurales, como San José del Rincón, Huehuetoca, San Felipe del Progreso, pero responde al número de habitantes. El comportamiento de este tema ha sido igual en años, no ha reducido ni aumentado, pero el índice de embarazos es necesario atenderlo, y más en el Estado más poblado del país.
Es muy triste pasar por las calles y ver a niñas cargando ya a sus hijos, con sus rebozos y pidiendo limosna, para darles de comer. Y lo más aterrador, no es que estén embarazadas de nuevo, sino que el Estado no esté haciendo nada, y lo que un día fue un espléndido lugar de trabajo, el Consejo Estatal de Población, en este momento ya se esté muriendo. Muchas trabajamos mucho. Muchas, establecimos la condición de cómo atender este problema. Y se nos está saliendo de las manos. Muy triste es. Y muy necesario que se tome en cuenta. Necesarisimo. Las mujeres, estamos reproduciendo la pobreza y eso no es lo justo.
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