Gran recital de piano el que ofreció el maestro mexiquense, Alfredo Zendejas Estrada en la Sala “Laszlo Frater” del Conservatorio de Música del Estado de México, donde se reencontró con Frédéric Chopin, ya que reconoció que las piezas del autor son muy complejas y por mucho tiempo las estuvo evitando.
“Fue un reto para mí, Chopin es un compositor para todos los pianistas obligado y amado, de hecho, nos dedicamos al piano gracias a que escuchamos una pieza de él, pero luego se vuelve tan tormentoso porque es muy complejo, es muy difícil de estudiar y luego uno se tensa demasiado”.
80% de asistentes
El auditorio lució al 80 por ciento, capacidad permitida por la pandemia, ya que nadie se quería perder el selecto programa preparado, con ocho grandes piezas del músico polaco, para transitar por diferentes emociones, desde la alegría y emoción, hasta el misticismo, nostalgia y fatalidad.
El repertorio de Alfredo Zendejas Estrada
Inició con Polonesa op. 26 No. 1, Preludios op. 28 No. 1, 2, 3, 4, 13, 15 y 24, Polonesa op. 40 No 1, Nocturno Póstumo en Do sus menor y Nocturno op. 72 No. 1, Estudio op. 10 No. 8 y Estudio op. 25 No.11, así como Fantasía op. 49.
“Las piezas más tranquilas como Nocturnos y Preludios, requieren mucha madurez de toque, sentimental y emocional, entonces lo entendemos hasta muchos años después de estarlo estudiando a fondo, la verdad considero este concierto como una reconciliación con Chopin, había preferido tocar últimamente años Rajmáninov, Schumann, Mendelssohn, pero a Chopin siempre le daba la vuelta por que es muy complejo”.
Alfredo Zendejas Estrada ya se había presentado antes
Zendejas Estrada ya se había presentado en otras ocasiones en el COMEM solo y acompañando a los alumnos, en solitario es la primera y única del año, por lo que se mostró emocionado.
“Me siento muy bien, ya hacía falta, ya casi dos años sin actividad, fue muy difícil y doloroso para todos los que nos dedicamos a los escenarios, es respirar aire puro”, aseguró.
Ante la ovación del público al finalizar, el destacado pianista regresó al escenario para ofrecer una última pieza, el final de la Sonata para Navidad de uno de los máximos representantes de la música sacra, Miguel Bernal Jiménez.
ASME
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