Amanalco de Becerra es un municipio enclavado en la región de Valle de Bravo. Según datos del último censo de población y vivienda, tiene apenas 23 mil 675 habitantes, de los cuales 12 mil 141 son mujeres y el resto, 11 mil 534, varones.
El significado de Amanalco en lengua náhuatl y otomí tiene que ver con la abundancia de agua que le caracteriza; según Ángel Garibay Kintan,a su transcripción sería “En el estanque” o “lugar cerca del lago”.
Y pues sí, los habitantes de este municipio se encuentran con el agua hasta el cuello y no porque hayan sufrido alguna inundación, no, más bien se debe a los problemas políticos que enfrentan y que no han sabido concertar porque hay cerrazón entre las partes en disputa.
Las elecciones del año pasado se caracterizaron por reflejar la intensa participación de la mujer en la vida política y social del municipio, puesto que, de los siete candidatos contendiente, seis eran mujeres, y al final la disputa por el triunfo se centró en tres de ellas: Iris Loreto Gómez, postulada por PAN, PRI y PRD; Emma Colín Guadarrama, bajo los colores de Morena-PT, y María Elena Martínez Robles de Movimiento Ciudadano. Los resultados de la votación le dieron el triunfo a MC con 3 mil 412 votos, seguido de la coalición “Va por el Estado de México”, con 3 mil 102 sufragios y en tercer sitio, Morena-PT, con 3 mil 59. Sin duda, una contienda muy cerrada.
Sorpresivamente, el 11 de octubre, la alcaldesa electa María Elena Martínez Robles anunció su afiliación personal al Movimiento de Regeneración Nacional, de la mano de la Emma Colín y de la dirigente estatal en funciones, Martha Guerrero.
A partir de ese día se envenenó la relación entre los miembros del cabildo, integrado en su mayoría por militantes de Movimiento Ciudadano, quienes exigieron a la alcaldesa respetara los acuerdos alcanzados durante la compaña y los compromisos en la integración del gobierno municipal.
La alcaldesa Martínez Robles se negó de principio a fin, porque fue convencida para mantener a la mayoría de los funcionarios que acompañaron a Emma Colín y ahí fue donde se trabó la relación que lamentablemente ha escalado niveles de violencia que pueden llegar a mayores en esta pequeña población donde casi todos se conocen o están emparentados.
Morena quiso ganar, con un solo voto, lo que no pudo ganar en las urnas el 6 de junio.
Porqué deberían prestarle más atención los gobiernos federal y estatal a este conflicto que ya rebasó el ámbito electoral para insertarse en el social y económico, precisamente por la riqueza del agua que caracteriza al municipio.
Su cuenca hídrica es tan grande como la de Valle de Bravo, con la diferencia de que no tiene una laguna y que su clima es de templado a frío, pero sus bosques son muy ricos. No es casual que el año pasado se haya destapado la existencia de al menos 200 lagunas privadas en la cuenca Valle de Bravo-Amanalco.
Es decir, los ricachones ya voltearon los ojos a esta pequeña comunidad y quieren apoderarse de todos sus bienes naturales, como ya lo hicieron en el vecino municipio.
En Morena han levantado la voz, exigiendo al gobierno estatal garantizar la paz social del municipio y tienen razón, nadie con dos dedos de frente pensaría en lo contrario.
Pero quienes están obligados a ofrecer las condiciones de gobernabilidad son quienes han provocado todo. La presidenta municipal, que no cumplió acuerdos con MC; la exalcaldesa Emma Colín Guadarrama, quien, se puede decir, es la que originó todo el conflicto abusando de la ingenuidad de su sucesora, pero que además ya abiertamente está involucrada llamando a los militantes y simpatizantes de Morena a “estar atentos a cualquier llamado suyo para intervenir”.
Las agresiones, vengan de donde vengan, deben cesar de inmediato, ser investigadas, sancionadas y evitar que este clima de linchamiento sea exacerbado desde el ámbito partidista.
ASME
Deja una respuesta