Aprender de la crisis

Toda crisis siempre da la posibilidad de reinventarse; de superar y dejar atrás aquello que la provocó; asumir el costo y plantear acciones y estrategias para emerger en condiciones diferentes.

Esta reflexión viene a la mente por la crisis que ha generado el Covid-19, la cual afectó las actividades que se venían desarrollando en aparente normalidad hasta antes del mes de diciembre de 2019 cuando apareció el virus.

Ahora, a 20 meses de padecer sus estragos, comenzando por la lamentable pérdida de más de 213 millones de vidas humanas en el mundo, así como los efectos adversos a las economías por el freno obligado por el confinamiento que también provocó trabajo y escuela a distancia, todo parece empezar a retomarse poco a poco, esto en gran medida por el avance en la aplicación de vacunas contra el virus.

La pausa obligada, por duro que se lea, dejó un breve respiro al planeta al reducir la movilidad y por lo tanto la emisión de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero.

Las estimaciones señalan una reducción del seis por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 por las restricciones de movimiento y las recesiones económicas derivadas de la pandemia del Covid-19, mejora sí, que sólo es de carácter temporal, ya que el cambió climático no se va a pausar en la medida en que se retome la normalidad.

Fue un breve respiro para nuestro planeta, porque la humanidad venía del registro del segundo año más caluroso de todos los tiempos que fue el 2019, que marcó el final de la década más calurosa que se haya tenido conocimiento; los niveles de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron hasta niveles récord, lo cual se explica en el objetivo 13 Acción por el Clima de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Nadie puede poner en duda los efectos del cambio climático con alteraciones en los sistemas meteorológicos, con niveles del mar que suben y fenómenos cada vez más extremos, como las lluvias, por ejemplo.

Ahora se advierte que la recuperación de la economía mundial después del punto más álgido de la pandemia, ocasionará invariablemente que las emisiones vuelvan a niveles mayores.

De ahí que la Organización de las Naciones Unidas recomienda que los planes de recuperación integren acciones para dar paso a una economía limpia, verde, sana, segura y resiliente; expresando que la crisis actual es oportuidad para un cambio profundo y sistémico hacia una economía sostenible. Algo que se lee complejo.

Las agendas desde los gobiernos más cercanos a la población y de todos los niveles deben integrar acciones para revertir las condiciones adversas al medio ambiente.

La vuelta a la normalidad no se puede frenar; lo que corresponde es hacerlo aprendiendo de las experiencias para heredar un mejor mundo a las nuevas generaciones.

Que la crisis de salud obligue a replantear la manera en que podemos ver y atender lo que viene.

@periodistamex


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