Gualberto Campos Pérez derrotó a la pandemia que le robó nueve meses de ventas de sus piezas de molinillos de madera que ahora son la novedad en una chocolatería en Los Ángeles California, o en cada hogar como un souvenir al transformarlos en imágenes únicas.
Orgulloso de nacer en cuna de artesanos, las primeras piezas las realizó a los 14 años y hoy al tener medio siglo de vida innova que le ha valido no sólo premios nacionales, sino que su legado esté en el hogar de personas en diversas partes del mundo.
Reconoce que en la actualidad es difícil sobrevivir haciendo artesanías, pero sus dos hijos están aprendiendo el legado, aunque, en su caso ve la necesidad que sea como una segunda opción y puedan tener estudios superiores.
En su caso, se siente orgulloso de ser de Santa María Rayón y artesano, pues con firmeza, defiende que su comunidad fue quien enseñó a otros del país como en el caso de Oaxaca, aunque sabe que lo niegan.
Supera pandemia
Mientras empuja su mano derecha para hacer rodar el torno y los dedos de sus pies presionan la cuña que moldea las piezas, el artesano rememora que estuvo a punto de la “muerte”, pues sus ingresos se fueron a cero en el primer año de la pandemia, pero las redes sociales le dieron una segunda oportunidad.
En el mundo de la era digital, fue contactado para crear hasta el momento más de 3 mil molinillos que se ofrecen a clientes para prepararse sus propios chocolates en un vaso, esto en Los Ángeles.
Se trata de piezas de no más de 15 centímetros de largo y que al igual que uno tradicional, tiene las mismas formas y texturas, como funcionalidad. Primero realizó mil, y en este año ha elaborado dos entregas más con la misma cantidad.
Admitió que en el extranjero sí respetan los precios de lo que fabrican, pues sus piezas son únicas.
Capacitación
Campos Pérez reconoce que es difícil exportar, pero se abrió paso con la solidaridad de otra colega que lo asesoró en cada una de las etapas y reglas por cumplir en las Aduanas.
Y es que, lamentó, que en la Secretaría de Cultura no lo pudieron asesorar, algo que en un inicio le complicó que sus piezas salieran de México.
No obstante, aretes, molinillos en forma de catrinas, carros y aviones, han viajado miles de kilómetros fuera del país.
Retos
El mexiquense reconoce que su oficio derrotó a la Covid-19, pero se enfrenta a otra lucha: el desabasto de madera y su ilegalidad; pues hasta ahora autoridades, a través de Probosque, no han podido suministrar la especie de aile que hay blanco y rosa.
En el caso de sus abuelo y padre cuando inició el oficio de molinillos en Rayón, se trasladaban en mulas hacia el municipio de Naucalpan para recolectarla, aunque posteriormente les fue vendida y evitaron el trayecto.
El aile entre las características que tiene, narra, es que es suave, manejable, consistente y su textura se presta a hacer sus obras.
Ante su escasez, el artesano pide reformas y flexibilización para que puedan seguir ejerciendo su actividad, pues una de los primeros candados que les ponen en la Aduanas es que sea madera legal.
SPM
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