La economía mexicana muestra una recuperación en este primer semestre del año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), medida como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) y la inversión física, después de la interrupción por el COVID-19 de casi tres años y gracias al impulso privado, aumentando casi 18 por ciento a tasa anual.
Desde 1993 no se había dado un incremento tan pronunciado, como señala el propio instituto; en cifras ajustadas por estacionalidad, año en que inician los registros de los indicadores trimestrales de la oferta y demanda y del ahorro bruto.
El consumo privado reportó un crecimiento trimestral de 1.0 por ciento, mientras que el consumo del gobierno aumentó 0.9 por ciento. Así la inversión física es uno de los motores principales de la economía de México; y repuntó en el periodo abril-junio de 2023; que en dos años y medio no se daba.
Mucho tiene que ver el proceso de relocalización de las cadenas productivas llamadas nearshoring (inversión a través de las importaciones a bienes de capital); que tanto ha promovido el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial ( CCE) Francisco Cervantes Díaz, así como la obra pública (en especial los megaproyectos del gobierno federal como el Tren Maya o el Corredor del Istmo), según datos proporcionados por el INEGI.
Cabe señalar que la inversión física además comprende la adquisición, construcción, ampliación, adaptación y mejoras de bienes inmuebles; así como la adquisición de maquinaria, mobiliario, equipo y vehículos. Además, de bienes inmuebles y bienes muebles; entre otros.
En los primeros tres meses del año hubo un retroceso de 3.2 por ciento; pero de abril a junio en lo que corresponde a la inversión privada se dio un crecimiento de 6.5 por ciento en lo que toca al segundo trimestre de este año; la inversión pública repuntó 5.1 por ciento.
Asimismo, la institución también informa que la formación bruta de capital fijo (inversión física) aumentó 6.5 por ciento en este segundo trimestre de 2023, respecto al periodo inmediato anterior.
También es importante mencionar que en las exportaciones de bienes y servicios hubo un retroceso de 3.1 por ciento, después de alcanzar un crecimiento de 0.2 por ciento en los primeros 3 meses del año. Y en cuanto a la oferta, el valor de importaciones de bienes y servicios registraron un crecimiento de 2.2 por ciento, llevando así dos trimestres al alza en 2023.
Como sabemos la inversión física, es uno de los cuatro componentes de la demanda agregada (consumo privado, inversión, gasto del gobierno y exportaciones netas) de cualquier país; por lo que produce e influye en el crecimiento a largo plazo en la economía.
Así esperaremos lo que resta del año para conocer si continúa al alza lo correspondiente a este rubro, ya que existen dudas por la propuesta de Paquete Económico para 2024, y de no autorizarse en la Cámara de Diputados habría que realizar recortes que afectarían la inversión física en cuanto al consumo del gobierno que tanto ha beneficiado en la obra pública.
TAR