Por Ángel Díaz del Río
En el marco del Día Mundial de la Hemofilia, el Hospital para el Niño brinda atención especializada a 30 menores de edad con este tipo de padecimiento, entre ellos, Baldomero, de siete años de edad, quien mejoró significativamente su calidad de vida al recibir tratamiento en esta institución.
A los dos años de edad, el pequeño Baldomero ingresó al Hospital para el Niño debido a una complicación derivada de una hemorragia que sufrió al caer y golpearse la barbilla; su madre refiere que desconocía lo que era la hemofilia, sin embargo, detectó que algo raro pasaba con su hijo ya que era frecuente que le saliera sangre y aparecieran moretones.
A su ingreso, especialistas de la Unidad de Hematología le realizaron una serie de estudios y le diagnosticaron Hemofilia tipo A, un trastorno genético que no permite que la sangre coagule correctamente debido a la falta de proteínas conocidas como factores, lo que ocasiona hemorragias espontáneas, aparición de hematomas, así como hinchazón y dolor en las articulaciones.
De acuerdo con la responsable del servicio de Hematología de dicho nosocomio, actualmente se atiende a 30 menores con un año de vida y hasta jóvenes de 17 años con este padecimiento, de los cuales, 50 por ciento presentan un grado severo de la enfermedad lo que limita su movilidad y la realización de una vida normal.
La especialista señaló que esta enfermedad es hereditaria e incurable, por lo que requiere tratamiento de por vida, indicó que la principal forma de detectarla es vigilar de manera permanente a los descendientes de personas que padecen esta afección ya que son quienes tienen una muy alta probabilidad de tenerla.
Refirió que la mutación genética puede aparecer sin antecedentes y en estos casos es importante prestar atención a cualquier hemorragia o hematoma desde la niñez y observar cuidadosamente la aplicación de vacunas ya que en éstas se puede detectar la presencia de la enfermedad al ocurrir un sangrado o necesitar presión tras la inoculación.
Se aconseja a las madres de bebés que empiezan a gatear, observar si presentan moretones en rodillas, codos y en articulaciones, en caso de reconocer estas señales de alarma deben acudir inmediatamente con un especialista.
Otras manifestaciones son sangrados prolongados, hinchazón y aparición de manchas rojas o azules en piel después de abrazarlo o al bañar el cuerpo del niño.
También se recomienda la rehabilitación física, fisioterapia y, posteriormente, hacer deporte para fortalecer las articulaciones, para así evitar sangrados.
En lo que respecta a Baldomero, recibe factores de coagulación de manera regular, es decir profilaxis, con lo que previene episodios hemorrágicos, actualmente especialistas le enseñan a aplicarse el factor de manera autónoma con el objetivo de que él pueda realizar esta actividad sin necesidad de acudir al hospital.
ASME
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