Bernardo Segura, una leyenda en el deporte

Bernardo Segura es un referente del deporte mexiquense y nacional que, como marchista, dio varias alegrías a México con medallas continentales, mundiales y olímpicas. El pasado 21 de septiembre se cumplieron 23 años de que cumplió su más grande sueño como atleta, cruzar primero la meta en los Juegos Olímpico de Sidney 2,000; sin embargo, nunca se colgó la medalla a causa de una controversial descalificación, pero el mote de campeón siempre lo ha acompañado.

Bernardo Segura, originario de San Mateo Atenco

Orgulloso por ser originario de San Mateo Atenco, Bernardo tuvo una niñez como la de cualquier otro niño de un municipio rural, según comentó, describiéndose como un niño juguetón e hiperactivo, que se inmiscuyó en el deporte hasta su adolescencia.

“Al deporte, como tal, le empiezo a agarrar un poquito de conciencia como a los 12 años. Yo tenía un papá que, de soltero, era boxeador, le gustaba mucho el deporte, pero me di cuenta que mi papá tenía un tío; Isidro Segura, que en paz descanse, que había sido campeón de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Caracas 1959, fue campeón de los 5,000 metros planos y Sub campeón de los 10,000. Tenía la característica de que el corría descalzo y mi papá me enseñó un periódico con una nota donde los recibían aquí, en San Mateo Atenco”, dijo Segura.

Bernardo cree que fue por  la influencia de su tío, su padre comenzó a adoptar el gusto por el atletismo, por lo que en su adolescencia, iba con su progenitor a carreras, incluso medio fondo, compartía con él en esos momentos.

A pesar de estar en un entorno deportivo, el no eligió en primera instancia involucrarse en el alto rendimiento, mucho menos en la marcha, pero la vida siempre puso gente en su entorno que lo llevó por ese camino que divide en carriles y sobre tartán, el cual siguió para convertirse en una leyenda en la entidad y de todo el país.

“A mí no me gustaba todavía, fue hasta la preparatoria que me empecé a meter un poco más, pero nunca me imaginé que iba a terminar en marcha. A los 15 años conocí a un amigo que me invitó a ser parte del equipo de la UAEM, el profesor José Socorro Neri fue mi primer entrenador y ahí me empecé a especializar en pruebas de medio fondo y 5,000 metros.

Cuando salgo de la preparatoria entré a estudiar a la Escuela Normal de Educación Física, ahí conocí a un amigo que era marchista pero a mí nunca me gustó, hasta que después de tanta insistencia de mi amigo fui a hacer una prueba aquí al Instituto Mexicano del Seguro Social y le dije al entrenador que me dijera la verdad, que si me veía condiciones, me puso a dar 3 vueltas a la pista y me dijo que sí”, recordó.

Aun así, el medallista olímpico admitió que tardó más tiempo en “agarrarle” el amor a la marcha, pues no se le hacía un deporte estético; por el movimiento de la cadera. Dos meses después participó en una competencia nacional donde conoció a grandes nombres de la disciplina como: Raúl González, Ernesto Canto, Carlos Mercenario, Martín Bermúdez, siendo allí donde se detonó la motivación y posteriormente el amor por dicho deporte.

“Cuando yo participé en primer evento, en febrero del 89, hice 50 minutos en 10 kilómetros y los campeones del mundo hacían 40, al año ya tenía las mismas marcas que los mejores del mundo en 10 km, pero yo ya competía en 20 km. Me costó trabajo, el primer año, ser buen atleta de los 20 kilómetros aunque logré estar en el décimo lugar del ranking nacional.

Para el segundo año estuve en el 5º o 6º, pero el tercer año di un brinco hasta ser prácticamente el primero, en 1993, y fui primero del mundo no solo de México. Recuerdo que México en ese año fue por primera vez sede de un campeonato del mundo, pero ahí sufrí mi primera descalificación y no pude estar”, compartió Segura.

Raúl González, quien ya era presidente de la Comisión Nacional del Deporte, lo invitó a una gira en Europa con el equipo nacional de marcha, resultó que en los tres eventos en los que participaron Segura se subió a los más alto del podio en cada uno de ellos, con menos de 1 hora 20 minutos lo que le valió el primer lugar mundial.

Fue tras una charla con un periodista que le despertó la “espina” de buscar el récord mundial, para el que se preparó con su entrenador y en Mayo de 1994 rompió el récord mundial que sigue vigente, lo que a su vez, le hizo fijar el objetivo en la medalla olímpica en Atlanta 96, logrando la clasificación y la única presea de la delegación mexicana en aquella edición de la máxima justa atlética.

“Me ayudó la psicología, me ha tocado ver muchos atletas extraordinarios, con excelentes triunfos internacionales, pero que en Juegos Olímpicos se achican, eso se debe quizá a la presión de creerse que son favoritos. Yo me saqué esa presión sabiendo que me iba a enfrentar a los mismos de siempre, porque ya llevan años compitiendo, y dije -bueno a estos ya les he ganado-.

Hay que sacarse de la mente que te están viendo, a la prensa y a los directivos, porque en mi caso si había un poco de presión, porque en la Villa Olímpica se pone tenso el ambiente cuando no se están dando los resultados. Recuerdo bien que Ernesto Canto estaba en la tribuna y minutos antes me habló y me dijo que los disfrutara, que era mi día y dicho y hecho, las palabras de un campeón olímpico siempre te motivan”, recordó.

Con la única medalla olímpica para México, Segura se convirtió en la cara del deporte nacional para realizar otro ciclo complicado, pues comenzó una carrera política a la par que se desempeñaba como atleta de alto rendimiento, aunque de nueva cuenta su mentalidad jugó un papel clave, pues comentó que aprovechó ambas responsabilidades para relajar los pensamientos, es decir, cuando entrenaba se evocaba 100% al deporte, sin pensar en su puesto de diputado y viceversa.

Segura, la cara del deporte nacional

A la siguiente justa olímpica de nueva cuenta llegó como campeón continental y del mundo, donde logró cruzar la meta en primer lugar; sin embargo, mientras estaba siendo felicitado por el presidente mexicano en turno, en una transmisión en vivo, fue descalificado por un juez, por lo que nunca se colgó la medalla. Aun así, este hecho no representa un recuerdo triste, sino todo lo contrario

“Muchos pensarían que es una tristeza y yo recuerdo que cuando regresamos de Sidney, 5 de los 6 medallistas eran mexiquenses, éramos y pesar de no tener la medalla física mi reconocimiento era igual que con todos, todo eso lo vas valorando y te vas dando cuenta que a lo mejor no hace falta la medalla, yo sé que gané; ahí está el resultado, malo que te descalificaran 10 km antes, o más vergonzoso, que te dieran la medalla y te la quitarán después por dopaje.

Para el año 2000 yo ya llevaba casi 11 años como atleta, todos esos sacrificios qué haces pasan por tu mente. Todo sueño de cualquier deportista amateur es ser campeón olímpico. La sensación cuando rompo el récord mundial es de placer, cuando ganó la medalla olímpica en Atlanta fue una satisfacción incompleta, pero cuando cruzas la meta primero cumples el sueño y lo que viene entras en un trance de gozo, emoción, paz, es indescriptible y nadie en el mundo lo puede sentir más que nquien cruza la meta primero y te aseguro que el polaco al que le dieron la medalla no tuvo ese sentimiento por el cual luché toda mi vida”, compartió.

Una controversia en su carrera

No obstante, este hecho histórico en la historia del deporte mexicano carga con controversia, pues a Segura, lo descalificaron por una amonestación que era para Noé Hernández; también mexiquense, lo que el ahora entrenador descubrió gracias a la grabaciones de las televisora, por lo que no descarta en algún momento apelar ante el Tribunal Arbitral del Deporte, lo que en su momento no hizo la CONADE, esperando que sea se pueda revisar. 

“En el momento en el que cruzas la meta y a los 20 minutos te dicen que estás descalificado no tienes forma de demostrar que es un error. Ese mismo día, por la noche, algunos técnicos de Televisa me llevaron a su estudio y me dijeron -mira Bernardo lo que acabamos de descubrir, resulta que faltando un kilómetro yo voy en tercer lugar, delante de mi va un polaco y Noé Hernández, aproximadamente 10 metros, que son 2 segundos.

Un juez se les acerca y le saca la tarjeta a Noé y el Polaco, se hace a un lado y a mí no me dice nada. A mí me dicen que recibí la tercer tarjeta, que me descalifica, a la hora con 15 minutos de competencia y en el video se ve que en ese tiempo les sacan las tarjetas, en las pantallas ponen el nombre de Noé Hernández pero con mi número, los dos terminaban en 9 y creo que ahí fue la confusión”, señaló.

Por lo pronto sigue inmiscuido en el deporte, desde diferente trincheras; ahora mismo, guiando a las nuevas generaciones del Estado de México a través de su club; del que dice sentirse apasionado y lo que le ha dado un nuevo sueño olímpico, pues en los deseos de Segura está ver a uno de sus pupilos cruzar la meta en primer lugar tal y como hace dos décadas los hizo él.

DB