Claudia Sheinbaum, en Oaxaca; Marcelo Ebrard, en Morelia; Adán Augusto, en Quintana Roo y Ricardo Monreal, en Jalisco. Miente quien diga que los aspirantes a la Presidencia de la República no andan en campaña. Los llamados tiempos electorales están más que adelantados, en un peligroso riesgo de desgaste para los involucrados, pero, sobre todo, de desatención a sus principales encomiendas. La política interior y exterior del país, los temas prioritarios de la agenda legislativa y los múltiples problemas que afronta día a día la capital mexicana, pueden verse comprometidos y desatendidos por el ansia de ganar popularidad y el voto de los ciudadanos.
Eso por lo que hace a la vida nacional. A nivel estatal, Delfina Gómez, Alejandra del Moral y Enrique Vargas, tienen todos los días eventos públicos disfrazados de nada, porque en la práctica y a todas luces son eventos de precampaña. La ley electoral, es violentada por unos y por otros sin que a nadie pareciera importar. Los partidos la aprobaron, los partidos la pueden ultrajar, faltaba más. El que esté libre de actos anticipados de campaña que tire el primer espectacular o manta con la imagen de su adversario.
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Llámense “corcholatas” o coordinadora de los comités de defensas de la cuatro T o coordinadora del Comité de Defensa del Estado de México, todos y cada uno de ellos y sus equipos trabajan y operan en actos proselitistas disfrazados de “encuentro con las bases”, promoción de un libro, informe de labores y un largo etcétera. Y cuando la autoridad electoral, federal o estatal, hace lo que la ley le obliga, amonestar a los infractores, se descalifica al árbitro por ir en contra de la democracia.
A nadie se le niega el legítimo derecho y aspiración de ocupar la máxima responsabilidad pública en el estado o en el país, pero si algo hay que los ciudadanos pueden exigir a estas personalidades es que respeten la ley, la que está vigente, la que rige para todos. ¡Qué bueno que se conozca desde ahora a quiénes están interesados en buscar la candidatura, federal o estatal! pero que tengan un poco de respeto al intelecto ciudadano y no nieguen lo evidente: están en precampaña, y sí, también están violando la ley.
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El otro riesgo que se corre con tanta sobreexposición pública, por lo adelantado de sus precampañas, y quizá el más inquietante, es que el electorado se aburra de escuchar lo mismo y pierda interés en la política pública. Escuchar lo mismo, del mismo a todas horas, verlo en las redes sociales con el mismo mensaje, hará que el ciudadano pierda interés, se caiga en la monotonía y no se escuchen las propuestas de cambio, de innovación, de gobierno, si las hubiese. Se podrá decir que aún no es momento de hacer propuestas, quizá, pero cuando llegue ese momento tal vez sea demasiado tarde para atraer el interés del votante.
REBURUJOS
Los golpes por debajo de la mesa están a todo lo que da. Layda Sansores, la gobernadora de Campeche lanzó un amago contra el líder del senado, de su propio partido, Ricardo Monreal, a quien exhibiría en su programa de Martes del Jaguar –donde se exponen audios obtenidos mediante ilegal espionaje–. El zacatecano advirtió que denunciaría penalmente a quien hiciera uso de espionaje y la campechana decidió ya no presentar nada del senador.
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