Efectivamente, mientras la campaña federal es intensa y es una lucha sorda por ganar la presidencia, en el ámbito local tenemos campañas tan cortas de escasos 32 días, combinada con una postulación de candidatos y registros de los mismos muy accidentada, lo que ha convertido al proceso electoral del Estado de México en un disfraz, en donde todos los candidatos se montan de sus estructuras federales para aparecer en espectaculares, pegatinas y redes sociales, distribuyendo lo que mejor saben hacer, caras sonrientes y ofertas al por mayor.
El otro espacio desaprovechado es el uso de redes sociales, ahí es donde quizá se pueden desenvolver de mejor manera los que cuentan con una determinada asesoría, con una buena investigación para hacer propuestas concretas y sobre todo una buena habilidad para programar la propaganda en los espacios donde pueden lograr una buena rentabilidad y en los espacios donde pueden tener mayor atención, por eso es muy evidente que algunos candidatos apenas alcanzan 30 interacciones, y hay otros que suben información contradictoria o carente de todo interés, el lenguaje de las redes está muy separado de la experiencia política de los actores que acuden por primera vez a este tipo de campañas.
La consecuencia de esta arritmia entre los tiempos federales y las campañas locales marca una enorme diferencia, a nivel nacional existen enormes maquinarias electorales, expertos en campañas, grupos profesionales trabajando redes sociales y comunicación política con estrategias muy bien elaboradas, producto de investigaciones que denotan el trabajo en equipo. Y en el plano local priva la improvisación, predomina lo que Antonio Ortega, experto en medios, ha denominado como los “sobrinity mánager”, es decir, el candidato prefiere contratar un pariente en vez de un experto, el partido prefiere invertir según sus dichos “en campaña”, que en investigación, al candidato le dan pavor las encuestas pero no quiere gastar en ninguna de ellas.
La investigación previa a las campañas, que es el detonante de la estrategia, simplemente no se realizó, están llegando prácticamente como los registros a los límites legales y en consecuencia no se puede esperar de muchos de estos candidatos aptitudes para hacer una campaña atractiva y sobre todo ganar el voto. Así las cosas, es altamente previsible que la próxima elección tenga un claro ganador para la presidencia y también es previsible que el frente opositor gane en aquellos espacios donde ganó en el 2021 y refrendó con las recientes elecciones a la gubernatura del 2023, es decir, ganar en ciudades de clase media con una marcada división social en donde claramente el PAN-PRI y PRD tienen mayor simpatía, los casos de Naucalpan, Atizapán, Cuautitlán Izcalli, Huixquilucan, Tlalnepantla y Toluca podrían ser los mejores ejemplos y otros que son colindantes con estos que son incluso más grandes, pero con otra condición sociodemográfica lo harán por el bloque que encabeza Morena y ahí me refiero particularmente a Ecatepec, Nezahualcóyotl y a los municipios aledaños a Texcoco, en donde tienen su centro de gravitación sus liderazgos. Es altamente probable en consecuencia que haya una distribución a nivel municipal, pero que el bloque que domine la cámara sea el de Morena, tanto a nivel nacional como a nivel local. La clave está en conocer el tamaño que tendrán los bloques opositores en las legislaturas, habría que ver si Morena se alza con una mayoría simple a nivel nacional y si en el ámbito local eso le permite contar con una mayoría constitucional, de ser el caso lo que estaríamos viendo sería el reforzamiento de los datos que derivan del 2023, en donde Morena ganó 36 de los 45 distritos y obtuvo una votación suficiente para ser una mayoría simple, los datos ahí están, las encuestas nos permiten hacer estas inferencias, pero como siempre y en cualquier democracia, la última palabra la tienen los electores, dependerá del grado de movilización de los partidos políticos para saber si este arroz ya se coció o todavía puede haber sorpresas. Falta poco para conocerlo… Mientras tanto vote, salga y vote.