Las candidaturas independientes surgieron como tales con la reforma electoral de 2014. Su creación generó muchas expectativas entre la ciudadanía. Representaban una alternativa para romper con el monopolio partidista en la elección de gobernantes y representantes populares en México. Sin embargo, esa posibilidad se ha ido diluyendo poco a poco, al menos en territorio mexiquense.
La experiencia en el Estado de México ha sido la siguiente: durante las elecciones de 2015 hubo dos candidaturas a diputaciones y nueve planillas que compitieron por los ayuntamientos; en 2018 solo hubo una candidatura a diputación y 19 planillas en los ayuntamientos; en 2021 no hubo candidaturas a diputaciones y las planillas que compitieron por los ayuntamientos disminuyeron a 15. Nadie ganó.
En cuanto a las candidaturas independientes a la gubernatura, la experiencia ha sido la siguiente: en 2017 hubo dos al principio, Teresa Castell e Isidro Pastor, ambos fuertemente apoyados por el PRI. Poco después el sistema, a través de TEEM y del IEEM, eliminó a Pastor porque surgió el riesgo de que le quitara votos a Del Mazo. En cambio, mantuvo la candidatura de Castell para quitarle votos a Delfina Gómez, lo que finalmente ocurrió.
Siguiendo con la experiencia de la gubernatura, en 2023, de los cinco aspirantes que pasaron a la fase de obtención del respaldo ciudadano, los resultados fueron los siguientes: María del Rosario Mendoza Gómez obtuvo apoyo de 351 personas; Jesús Iván Pinto Medina de dos; Abelardo Gorostieta Uribe solo de una; Ana Elena Medina Pacheco consiguió 633 firmas y José Adolfo Murat Macías tuvo 1, 952 apoyos. Cada uno requería al menos de 376, 960 respaldos para obtener el registro legal. Al que más reunió le faltaron 375, 008 firmas (99.48 por ciento).
Estos resultados se dieron a conocer apenas en la sesión del IEEM el 28 de marzo, poco antes de la semana santa. Tal vez por eso pasaron desapercibidos. Pero con el inicio de las campañas, a principios de este mes, quedó claro que el monopolio partidista en los cargos de elección popular se mantiene intacto en suelo mexiquense. Las candidaturas independientes van hacia la extinción, a menos de que en el poder legislativo se tomen medidas para evitarlo y hacerlas realidad.
Siendo muy objetivos, la carga que la ley le impone a quienes aspiran a una candidatura independiente es demasiado pesada. Cumplir con los requisitos administrativos y fiscales es muy complicado, pero todavía es más difícil obtener el respaldo ciudadano exigido. Es casi lo mismo que formar un partido político. Para un ciudadano sin recursos económicos es imposible conseguirlo. A nivel estatal sólo lo consiguió Castell, porque el gobierno estatal la apoyó en todo.
En general, puede decirse que quienes han conseguido candidaturas independientes, aunque puede haber excepciones a nivel municipal o de diputación, han contado con recursos de todo tipo y apoyos políticos para lograrlo. Para la mayoría de los ciudadanos está fuera de su alcance. En este sentido, son muy elitistas. Están vetadas para las personas de pocos recursos económicos y sin padrinos políticos.
Vistos los resultados obtenidos de 2015 a la fecha, es necesario que el poder legislativo reflexione sobre ellos. En el futuro tendrá que afrontar el reto de revivir las candidaturas independientes o presenciar su extinción. Los requisitos que actualmente se imponen para obtenerlas son una pesada losa. Hay que aligerarla para evitar que desaparezcan.
TAR