Los Sifones o “Caracoles” de Naucalpan tienen casi 4 siglos y a pesar estar en el catálogo de obras del Instituto Nacional de Antropología e Historia, uno de ellos se encuentra totalmente descuidado.
Estás 2 estructuras datan del siglo XVII, las cuales fueron edificadas como sifones conectados a un sistema hidráulico de tubería para llevar agua al entonces Santuario de los Remedios, pero nunca funcionaron.
Cumplen 4 siglos los famosos “Caracoles” de Naucalpan
Cuauhtémoc Rodríguez de Fomento Cultural Torres de Satélite encargado de recolectar el Arte y la Cultura de Naucalpan, comentó que con estas dos construcciones se pretendía llevar el agua de una zona denominada “el Ojo de Agua”, por donde actualmente se localizan los panteones, las montañas y el cerro.
Trataron de traer el agua por medio de este sistema hidráulico, pero lamentablemente no funcionó ya que la presión y la pendiente del agua no era suficiente para que llegara desde su punto de origen al Santuario hoy Basílica de los Remedios
De acuerdo con Wikipedia, “estás construcciones se dieron por órdenes del entonces virrey Diego Fernández de Córdoba, en el siglo XVII, quien puso en marcha la construcción de un primer sistema hidráulico en la zona, cuyos respiraderos – o sifones- de 23 metros de altura funcionarían a partir de una tubería subterránea, que con la presión necesaria llevarían el vital líquido de extremo a extremo”.
La idea era depositar el agua (de la zona baja) hasta ese punto elevado de las dos torres. Fueron diseñadas para almacenar el agua y eliminar el aire de su interior.
Las condiciones del terreno hicieron que las estructuras se encontraran a desnivel
Sin embargo, la topografía del sitio y los cálculos erróneos con la que se construyó este sistema lo hicieron inservible, por lo que nunca cumplió con el propósito de dotar de agua al pueblo o al santuario.
Los “caracoles” o Torres de Babel como algunos la conocen, sobrevivieron a su época por la calidad de su hechura y lograron ser considerados en el catálogo de obras por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Comentó Cuauhtémoc que posiblemente esté para estudio de rescate y posteriormente, luego de hacer análisis, se viene una declaratoria con la ley federal de Monumentos Artísticos, Antropológicos e Históricos.
Esa Ley los protege y hasta el momento no hay ningún documento de que diga que ya están declarados como Patrimonio Cultural de la Nación.
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Dijo, “no dudo que estén en el catálogo. Eso es lo que estamos esperando, que se rescate con el mismo proceso que hicimos con las Torres de Satélite”
Es necesario aclarar que aún no tienen la declaratoria de como Patrimonio Cultural de la Nación.
Esas son obras son muy importantes, dijo Cuauhtémoc Rodríguez, porque son técnicas de construcción Romana, no traen acero y van colocando las piedras compresión.
Comentó que actualmente una de las torres está protegida con una reja y está bastante bien conservada. “En esa zona los vecinos la protegen”.
“Hay una persona encargada de abrir las puertas para aquellos que están interesados en conocerlos por su interior”, dijo.
Una torre se encuentra muy bien conservada
El segundo Sifon, dijo, está muy descuidado y se localiza en la parte Norte.
Destacó que ambos Sifones tienen una puerta de acceso y se empieza subir con una escalera de caracol, por eso la gente las denomina los caracoles o “Torres de Babel”
Lamentablemente, el que se encuentra descuidado los comerciantes lo utilizan para amarrar sus lonas, en la venta de la pancita, tiene mucho grafiti. Por dentro, este está lleno de escremento y la zona es muy insegura.
Comentó que esas construcciones son del siglo XVII, tienen de 8 a 9 montículos.
Mismos que van subiendo para sostener un tubo de barro, pues en ese entonces no existía una tubería como la que existe actualmente.
Los Sifones y el Acueducto que está cerca, tienen alrededor de 160 años de diferencia.
Se construyeron de manera independiente y cada uno tiene su historia, pero siempre enfocada a brindar agua a la Basílica de los Remedios.
La obra de los Arcos, tampoco entró en uso, y actualmente la mancha urbana impide que sea apreciada en toda su monumentalidad.
Vecinos entrevistados de la colonia Los Remedios dijeron que esas construcciones tienen muchas historias donde la gente ha dado vuelo a la imaginación.
Claudia Baños López, vecina de la zona, dijo que algunos pensaban que esas dos torres eran utilizadas por los nativos como un observatorio prehispánico.
Marcos Meza López comentó que muchos creían que en esos montículos se metían las brujas a vigilar a sus víctimas y llevarse a los niños.
Muchos creían que en esos montículos se metían las brujas
Otros pensaban que personas malas los utilizaban para hacer actos de brujería.
Lo cierto es que estos dos sifones en Naucalpan guardan mucha historia en sus orígenes.
Y por eso es necesario que el INAH haga declaratoria para conservarlas.
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SPM