La cocina tradicional mexiquense, rica en sabores y técnicas ancestrales, ha sido reconocida oficialmente como Patrimonio Cultural del Estado de México, una distinción que subraya su importancia histórica y cultural para la región y el país.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha documentado extensamente la evolución de la gastronomía mexiquense, destacando su raíz prehispánica y la influencia de ingredientes locales como el maíz, los frijoles, el chile, y las diversas hierbas y especias autóctonas. Platillos emblemáticos como los tlacoyos, los tamales y el mole de olla no solo son representativos de la dieta cotidiana, sino también de las celebraciones y rituales de las comunidades mexiquenses.
El Catálogo de Patrimonio Culinario, Secretaría de Cultura del Estado de México, 2024 ha llevado a cabo un detallado censo gastronómico, identificando más de 50 platillos típicos que conforman el patrimonio culinario de la región. Entre ellos, destacan el chorizo de Toluca, el obispo de Tenango y el famoso ahuautle (caviar mexicano), cuya preparación y consumo se remonta a épocas prehispánicas.
Cocina tradicional mexiquense, un sello de historia e identidad
El investigador y gastrónomo mexiquense, Williams García, detalló que la gastronomía es una muestra de la historia, en este caso del Estado de México, por lo que también es parte de su identidad.
“La gastronomía sí es un reflejo de nuestra historia y cultura, es una prueba de nuestra historia como la arqueología; por consecuencia también de nuestra identidad. Los platillos típicos cuentan una historia detrás, desde los tlacoyos, con los Aztecas y que forman parte de la gastronomía mexiquense, hasta el chorizo verde de Toluca, que es de la colonia y se puso dar gracias a las hierbas que hay en la región”, mencionó.
Asimismo, consideró que la gastronomía de la entidad es una de las más variadas, lo que lo atribuye a las diferentes zonas climatológicas que existen en la demarcación.
“En el estado de México hay 5 tipos de clima, dividido en 5 zonas diferentes, lo hace que sea muy rico en cuanto a la materia prima o los insumos que se generan aquí.
Po ejemplo, en las zonas altas y frías como Toluca y el Valle de Bravo, encontramos ingredientes como el maíz, los hongos y los nopales, que son básicos en la dieta tradicional. Pero también hay zonas más cálidas y húmedas como el sur del estado, donde abundan frutas tropicales y hierbas aromáticas que aportan sabores únicos a nuestra gastronomía,” puntualizó.
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El 40% de los empleos en el sector turístico
Cabe destacar que el estudio socioeconómico de la gastronomía por parte del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) resalta la relevancia social y económica de la cocina tradicional mexiquense.
Según el estudio, aproximadamente el 40% de los empleos en el sector turístico del estado están directamente relacionados con la gastronomía local, lo que subraya su papel vital en la economía regional.
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