Communitas

Ricardo Joya Cepeda



El modelo ha sido muy sencillo: concentrar y mantener la disciplina en el mensaje. Un día sí y otro también se divulga el mensaje que se requiere para un solo objetivo: mantener el poder político. Con ello se reducen las confusiones y se minimizan las luchas de poder que siempre se viven al interior de las instituciones, entre los distintos grupos que las forman, a partir de sus intereses.


A diferencia de otros sexenios, en el actual, la comunicación no transmite una sofisticación que raye en lo pedante; al contrario: es una comunicación muy “a tierra”, para la mayoría de la gente. Es notorio que a la comunicación presidencial de este sexenio no le interesan ni la élite ni los llamados “formadores de opinión”; es decir, quienes integran el denominado “círculo rojo”, donde se ubican las personas que procuran consumir información de calidad, que contrastan fuentes, que diferencian la información de la propaganda y que distinguen los compromisos de los diferentes medios de comunicación.


La comunicación de la Administración Pública Federal se dirige desde la Presidencia de la República, como ha ocurrido desde que el presidente, Álvaro Obregón (1920-1924) estableció -de forma muy amable y cortés- el trato regular con la prensa. En este sexenio, el objetivo es único: hablarle a quienes forman el “círculo verde”, que es la mayoría de la población, la cual no está interesada en buscar fuentes alternativas de información, no se preocupa por contrastar los datos y se conforma con lo que recibe de los medios y especialmente de las redes sociales.


Desde el sexenio del presidente, Carlos Salinas de Gortari, hubo un esfuerzo notorio por especializar la comunicación gubernamental y fue cuando, por primera ocasión, se emplearon las encuestas y estudios de opinión para “ajustar” los mensajes del gobierno federal y cuando se crearon distintas áreas específicas, incluyendo una enfocada a la prensa internacional. Los siguientes gobiernos (Zedillo, Fox, Calderón y Peña) trabajaron su comunicación a partir de estrategias “sofisticadas”, siguiendo modelos extranjeros, particularmente norteamericanos y con énfasis en los formadores de opinión (opinion makers), tanto de medios informativos como de diferentes sectores que intervenían en la toma de decisiones, como el empresarial.


Y quizá esa es la respuesta al ¿por qué las encuestas de opinión y de aprobación presidencial siguen dándole una evaluación favorable al presidente López Obrador? Su narrativa no emplea términos altamente especializados; de hecho, a juicio de algunos, abusa de los términos coloquiales y simples, y recurre todos los días a frases populares –de las cuales algunas ya casi desaparecieron como el “me canso ganso”-, y a reflexiones muy comunes para la población.


Más allá de si los mensajes son verdaderos o no; si las cifras coinciden o se “tienen otros datos”; si se corrige a integrantes del gabinete o hay descalificaciones a quienes se llama “conservadores” o “reaccionarios”, el hecho es que el mensaje de las mañaneras –como eje estratégico de la comunicación presidencial- es re-transmitido por diferentes canales y plataformas a lo largo del día.


Disciplina en UN mensaje y reiteración parecen ser las reglas fundamentales que han hecho de esta estrategia, una de las más eficientes y eficaces, porque incluso la inversión en medios de comunicación ha sido notoriamente menor a la de sexenios anteriores: De acuerdo con el Sistema de Comunicación Social (Comsoc) que publica la Secretaría de la Función Pública, en 2019 –el primer año del gobierno actual- se habían presupuesto 5 mil 212 millones de pesos y solo se ejercieron 3 mil 245 millones de pesos; mientras que en el gobierno de Felipe Calderón se habían ejercido 7 mil 381 millones de pesos en el primer año; y con Enrique Peña Nieto se habían gastado 9 mil 632 millones de pesos en el mismo periodo.


Es así que no ha surgido otro liderazgo que pudiera hacer contrapeso a la estrategia. El poder presidencial se hace patente en todas las mañaneras, porque de ahí surgen las órdenes para el gabinete (y hasta para otras instancias) y conforme el presidente expresa, el gobierno se mueve. Por si alguien tenía duda del poder de la comunicación.

PERCEPCIÓN


Quien imagine que los colectivos feministas del Valle de Toluca se han detenido, está en un error. Eso incluye aquellos que integran jóvenes de la Universidad Autónoma del Estado de México.

GRATITUD


Agradezco profundamente la consideración a Rafael Cardona y Diana Mancilla por la oportunidad de colaborar en un nuevo proyecto periodístico del país y el Estado de México. Que sea una etapa de éxitos para quienes están empeñados en ejercer la libertad de prensa y abonar a la discusión de los temas públicos.


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