En nuestra cultura es una consigna implícita e incluso, en ocasiones explicita, el ser atractivo, cumplir con ciertos patrones respecto a lo que es considerado digno de admiración para otros, cabe aclarar que el gusto de ser visto, apreciado, admirado o amado no es incorrecto, lo que lo dificulta y llega a causar estragos en la salud física y mental es depositar en la imagen corporal todo lo que se considera que puede hacerte digno de amor y respeto.
Cuando ser atractivo se convierte en una obsesión o no serlo es una decepción que afecta tu autoestima, la relación entre tú y tu imagen corporal se convierte en un vínculo de rechazo y desaprobación.
Y bien, puede llevar a la obsesión por la aprobación externa a costa de la propia salud, poniendo en riesgo al organismo con tal de encajar en un esquema de belleza que no siempre es el adecuado, como la extrema delgadez, causando trastornos alimenticios, vigorexia, el trastorno dismórfico corporal y por supuesto, un profundo rechazo hacia si mismo, porque ante la imperiosa necesidad de encajar en cierto prototipo de belleza o para mantenerla nada de lo que se haga será suficiente, constantemente hay una sensación de no ser realmente atractivo (Cabe aclarar que cuando existe un trastorno como los mencionados anteriormente es indispensable acudir a un especialista de la salud mental y a un médico para su diagnóstico y atención profesional).
La falta de aprobación hacia tu imagen corporal puede llevarte asimismo al autoabandono, descuidar tus hábitos alimenticios, de sueño y descanso, llegando incluso a afectar otros ámbitos, cómo el laboral, social y la pareja. Adentrándose en un círculo vicioso entre una dieta y otra o el autosabotaje para no realizar actividades que generen bienestar a corto y largo plazo en tu imagen corporal y sobre todo, en tu salud.
Los anteriores son los extremos en los que se puede abordar la imagen corporal, y sabemos que la salud, la belleza y el bienestar no se encuentran en ninguno de los extremos anteriores sino en el punto medio, en donde radica el equilibrio para aprobarte y construir una relación de amor propio.
De unos años para acá, fortuitamente se ha promovido la importancia que tienen en la calidad de vida los hábitos saludables incluyendo la autoestima y el autocuidado.
Para aceptar tu imagen corporal y hacer las paces con esta, primero hay que reconocer la forma en la que te percibes, qué emociones experimentas hacia tu cuerpo, tu rostro, distinguir qué te agrada y si aborreces algo en ti, ¿Cómo te sientes en tu cuerpo?, ¿Cómo es tu diálogo respecto a la imagen que miras en el espejo?, ¿agradeces el funcionamiento de tu organismo?, ¿cuidas la salud de cada parte de tu cuerpo?, ¿Dónde o a causa de quién aprendiste a odiar tu cuerpo?
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Somos mucho más que la apariencia física que se ve, solo que parece que a lo externo se le presta gran parte o toda la atención, la prueba está en qué hay más gente gastando en tratamientos de belleza que en una alimentación saludable, personas que compran y consumen pastillas que prometen reducir su peso en un par de semanas sin hacer ejercicio que las que se preocupan por el estado de salud de su hígado, riñones, corazón… ¿me explico?
No es incorrecto utilizar ciertos productos para cuidar tu piel, nutrir tu cabello, no es reprochable que en la medida de tus posibilidades inviertas en ti, el tema es que a la par o incluso, con un poco más de énfasis cuides tu imagen corporal desde la raíz de su bienestar, preservando la salud de tu cuerpo y participando activamente en proteger tu estabilidad emocional y fortalecer tu salud mental.
Las razones por las que no se está bien con la imagen corporal en repetidas ocasiones están derivadas de los mensajes que recibiste en los primeros años de tu vida, el bombardeo mediático de la exigencia de mantenerse joven y verse bella, aún más hacia las mujeres, puesto que los hombres tienen otro tipo de requerimientos para ser admirados y ser deseables: ser exitosos, tener ingresos altos, poder… lo que no los excluye de tener inseguridades respecto a su apariencia que igualmente en ciertos casos, se desplazan y proyectan mediante conductas poco gentiles, sin embargo, la exigencia hacia su imagen corporal es abismalmente distinta que la que se dirige hacia las mujeres, por ejemplo; los hombres con canas son vistos como interesantes, el abdomen abultado no se les critica apresuradamente como a las mujeres un par de rollitos en el abdomen, y ni hablar de la celulitis o las estrías, y así… Aun hoy en día parecería que se espera más éxito en los hombres y más belleza en las mujeres, sometiendo a las mujeres que no se percatan de esto a una interminable lucha contra su propio cuerpo.
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Y por supuesto, los hombres en mayor o menor medida también desean ser atractivos y lo buscan, algunos ejercitando su cuerpo y teniendo un estilo de vida saludable, otros en su labor profesional o actividad económica, y no es sancionable, hombres y mujeres deseamos ser admirados, la admiración es pieza clave en una relación de pareja, pero no toda la admiración tiene que sustentarse en atributos físicos, incluso esta es más profunda cuando lo que se admira es la inteligencia, la bondad, la sensibilidad, principios y valores que no cambian ni terminan con el tiempo.
La belleza es para todos, en algún punto de la vida somos enormemente atractivos (cada quien con sus rasgos personales), está previsto así por la naturaleza, es lo que permite que el ciclo de la reproducción continúe, pero va más allá de la reproducción, con o sin intenciones de procrear, hombres y mujeres requieren de la caricia emocional del deseo y el amor, y para esto debemos saber que es posible conservarse atractivo a lo largo de la vida y en sus diferentes etapas.
No sentirse admirado por la pareja puede lastimar la autoimagen, no estar en el peso adecuado con la estatura y complexión o la piel tersa, empezar a verse mayor y no aprobarse son factores que ocasionan inseguridades y si no se atienden también frustración, enojo, tristeza, insatisfacción, ocasionadas justamente por una distorsionada mirada hacia sí mismo que no permite verse como una persona valiosa y bella independientemente de la apariencia física.
La gente es bella por sus historias, por sus luchas y victorias personales, la belleza también existe en la resiliencia, en la inteligencia emocional, la generosidad y la empatía que se brinda. En las diferentes etapas de la vida poseemos belleza, un bebé es bellísimo, igual que un niño o un adolescente, también una mujer de cincuenta, un hombre de sesenta, una persona mayor con canas, arrugas, más allá de cuántos kilos o de las marcas del tiempo, todos somos bellos, lo más importante no debería ser esa belleza exterior sino la salud integral de cada uno y la calidad en el buen trato autodirigido y hacia los y las demás.
¡Ya sé!… cuando hablamos de belleza interior no siempre se cree, porque buscamos lo que se ve y olvidamos que el fondo es más importante que la forma, porque se busca novedad y se valora menos lo que desde un punto de vista equivocado, por conocido, es menos protegido o valorado.
Las personas no somos cosas, el cuerpo cambia, lo podemos cuidar, también es cierto, y es una responsabilidad que nos conviene asumir, porque la calidad de los años por venir va a ser resultado de lo que hagamos o dejemos de hacer por nuestro bienestar presente y futuro, sin embargo, su cuidado no debe tener como base el miedo a no ser aceptado sino el autorrespeto y el amor propio.
El cuidado de la imagen corporal comienza con el cuidado del interior, de la salud, de los pensamientos positivos, la actitud proactiva, con la autoaceptación que no es nada sencilla pero que nos favorece completamente.
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Empezar por cuidar y mejorar la imagen corporal desde el amor y no desde el rechazo, sin someter al organismo a nada que afecte su funcionamiento.
Rechazando la idea de que tenemos que encajar en prototipos de belleza que nos pueden costar la vida.
Por supuesto, renunciar a toda tentación de gustar es casi imposible, tendríamos que renunciar a diversas costumbres o aislarnos sociablemente, no está mal disfrutar de admiración, siempre y cuando comencemos por gustarnos a nosotros mismos, y no se busque remplazar afuera lo que se requiere crear desde el interior, sintiendo un alto grado de compromiso por estar sanos (lo que paradójicamente nos hace vernos mejor), y nos lleva a un nivel de autosatisfacción personal suficiente para no vivir en pleito ni obsesionados con la apariencia física.
¿Por qué crees que los likes en redes sociales son tan buscados? Porque otorgan validación, y está bien, pero la validación más importante y que debemos buscar y llevar a cabo todos los días es la propia.
Si no te gustas a ti el aplauso externo nunca será suficiente.
¿No te gusta como te ves? ¿Por qué?… ¿estás tratando de gustarte a ti o únicamente te importa ser atractivo para otros?, o ¿solo te sientes valioso cuando otros ojos te admiran?…
Haz un ejercicio personal, mírate en el espejo sin ropa, observa tu cuerpo, celebra los que te gusta y haz las paces con lo que has rechazado por mucho tiempo, la autoaceptación es el primer paso para modificar lo que te desagrada, ¿tienes algún complejo? Trabaja en el fondo de este.
En la vida podrás cambiar de casa, de trabajo, ciudad o pareja pero no podrás cambiarte de cuerpo, esa es tu principal morada, haz que sea un lugar excepcional, con una mente que sea tu lugar seguro y un cuerpo al que aprecias, respetas y cuidas no solo en lo externo.
Háblale a tu cuerpo, acaríciate con ternura, deja de rechazarlo, si te vas a cuidar hazlo desde las razones correctas, rompiendo con ataduras que te impiden ser y sentirte complacido con la persona que eres interna y externamente.
Podemos estar a favor de las cirugías estéticas, los tratamientos de belleza, el ejercicio, el maquillaje, y cuánto resalte cómo te gusta verte, o estar en contra y no emplear ninguno de estos métodos, cada quien elige desde su libertad, lo indispensable es no someterse ante lo que te lleve a perder tu autoaprobación.
¿Cómo te llevas con tu imagen corporal? ¿Qué depende de ti para aceptarla y cuidarla más?
Si has vivido peleando con tu imagen corporal o empiezas a hacerlo, es momento de parar y reconocerte en primer lugar que tratarte mal ocasiona mayor malestar y no da tregua a la lucha, tratarse a sí mismo con amor es lo mejor que puedes hacer para verte, sentirte y saberte a gusto en tu propio cuerpo, y si algo es parecido a la belleza es cuidar y preservar tu bienestar integral… ¿Sabes que fortalece la satisfacción hacia nosotros? La autoafirmación, si te aceptas, ya ganaste, porque quien se aprueba a sí mismo está blindado ante la desaprobación y las exigencias de otros.
Un gran abrazo
Lorena Patchen
Psicoterapia y conferencias.