Ana Lilia Herrera Anzaldo
Delegada del CEN del PRI y diputada federal reelecta por el Distrito 27
Aún no empiezan las campañas y el proceso electoral de este 2023 en el Estado de México se avizora como uno de profundos contrastes, empezando por la forma en que los diferentes partidos políticos decidieron unirse para competir por la gubernatura en la entidad más poblada del territorio nacional.
A nadie escapa la desconfianza y el hartazgo que la política produce entre el electorado y mucho menos el nivel de polarización alcanzado en nuestro país: una “lucha de clases” que tiene su reflejo en las dos principales alianzas electorales.
Basta de dividir. Es momento de entender que criticar y descalificar al adversario da votos, pero no garantiza resultados de gobierno y que México no cabe bajo las siglas de un solo partido y menos bajo la visión de una sola persona.
Encontrar soluciones a nuestros verdaderos adversarios (el atraso, el autoritarismo y la apatía), exige apostar por las coincidencias dejando a un lado las ideologías partidistas, mirando en el largo plazo para construir programas de gobierno, agendas legislativas y equipos tan plurales, diversos y capaces, como nuestra sociedad.
Certezas
Si la forma es fondo, bien comienzan PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, al unirse para conformar el primer gobierno de coalición en el país y no solo para una campaña política. Desde las reformas constitucionales de 2014 en el país y de 2016 en el Estado de México, esta figura no había sido utilizada de manera formal.
El año pasado, por fin se reglamentó en nuestra entidad, asumiéndose como un régimen plural del que son corresponsables los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Se parte de un Acuerdo que define la participación de las fuerzas políticas coaligadas en la integración de las dependencias del Ejecutivo y sus organismos auxiliares, además de fijar la agenda legislativa común a impulsar.
La ley obliga a inscribir el citado Acuerdo ante el órgano electoral y faculta al Pleno del Tribunal Electoral para resolver las controversias derivadas del incumplimiento a los acuerdos que conformen el gobierno de coalición.
El Congreso local tendrá un papel fundamental: aprobar el convenio y el programa de gobierno de coalición; ratificar los nombramientos propuestos por la próxima gobernadora de los servidores públicos que forman el gabinete (con excepción del ramo de Seguridad Pública) en un plazo de 10 días hábiles y, en caso de que un funcionario no alcance la mayoría para la ratificación, dejará de ejercer su cargo y el Ejecutivo en un plazo de 10 días hábiles debe remitir una nueva propuesta.
Dudas
En el otro extremo, Morena, PT y PVEM, impugnaron sin éxito la figura de gobiernos de coalición y se unieron bajo la figura de Candidatura Común, mediante un convenio que viola el principio constitucional de certeza respecto del destino de los votos que puedan obtener.
Resulta que su convenio cuenta con tres fórmulas matemáticas distintas para la distribución de votos entre sus integrantes: la primera indica que de los primeros nueve puntos porcentuales de la votación válida emitida, a cada partido le tocará 3%; la segunda establece que de los 10 a los 40 puntos de la votación total que tenga su alianza, se tomará otra distribución, y la tercera señala que, en caso de superar los 41 puntos de votación a Morena, éste mantiene el remanente de 73.5% de los votos totales de la candidatura común, el Partido Verde 16.25% y Partido del Trabajo el 10.25%.
Trillado, pero real: piensan en la próxima elección y no en la siguiente generación. Existe una indebida transferencia de votos de Morena al PT y al PVEM con un evidente sentido económico a futuro, pues buscarán multiplicar sus prerrogativas para las elecciones de alcaldes y diputados locales en 2024.
Sigamos contrastando la oferta electoral en territorio mexiquense con hechos, más allá de frases campañeras. Decía Goethe que “La creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento” y en política creer sin pruebas atenta contra el bienestar de nuestras familias y el destino del país.